Asesina un grupo armado a 21 personas; la mayoría de ellas era shiita.
AP
BAGDAD, IRAK.- Un grupo armado mató a 21 personas, incluidos diez estudiantes de preparatoria, tras sacar a rastras de tres autobuses a las víctimas, al noreste de Bagdad. Al parecer, los atacantes se abstuvieron de matar a cuatro sunitas, en lo que al parecer fue uno de los peores ataques sectarios ocurridos en el país en las semanas recientes.
El alcalde de Kara Tapa, Serwan Shokir, dijo que una persona resultó herida en el ataque, ocurrido en la madrugada, luego que tres microbuses partieron de esta población con destino a Baquba, ciudad ubicada 60 kilómetros al noreste de Bagdad.
Había 26 personas en los microbuses, incluidos los 12 estudiantes que fueron asesinados. Al parecer los estudiantes se dirigían a Baquba para presentar un examen.
De los occisos, 19 eran shiitas turcomanos y dos eran kurdos. Los cuatro shiitas que sobrevivieron eran interrogados en el cuartel policial de Kara Tapa, dijo Shokir.
El ataque ocurrió en las afueras de la provincia de Diyala, una región habitada por personas de distintas etnias y religiones, que se ha transformado recientemente en un foco de tensiones sectarias, incluyendo ataques contra mezquitas de sunitas y shiitas.
En tanto, un enfrentamiento estalló después que la Policía rodeara un templo sunita en Basora, la madrugada de ayer domingo. Al menos nueve personas murieron, informaron las autoridades, en lo que representó otro golpe a los esfuerzos del primer ministro iraquí por combatir la violencia sectaria en esa zona.
El enfrentamiento comenzó cuando la Policía irrumpió en cuatro mezquitas sunitas en la segunda ciudad más grande de Irak, ayer horas después que un dinamitero en un automóvil atacara un mercado repleto, dejando 28 muertos y 62 heridos.
Acusaciones contra soldados alientan resistencia
Las recientes acusaciones sobre matanzas perpetradas por soldados de Estados Unidos han agregado un nuevo ingrediente a la volátil realidad de Irak, caracterizada por violencia, tensión sectaria y escasez de electricidad, agua y gasolina.
Una caricatura publicada ayer domingo por el diario capitalino Al Mutammar reflejaba la exasperación creciente entre los iraquíes, que en su mayoría esperaba tener una mejor calidad de vida tras el fin en 2003 de los 24 años de dictadura de Saddam Hussein.
El dibujo mostraba a un hombre muy golpeado yaciendo en una cama de hospital. En las enyesadas pierna derecha y mano izquierda se leía ?terrorismo? y ?violaciones estadounidenses?. Aún así, el paciente sonreía y hacía la señal de victoria con los dedos de la mano derecha. ?El precio de la libertad? agregaba un cartel.
Las recientes acusaciones de que soldados estadounidenses masacraron a 24 civiles desarmados en la población de Haditha en noviembre pasado, no sólo atentan contra la aprobación popular a la presencia militar extranjera.
Además representan para la insurgencia un estímulo quizá mucho mayor que el escándalo de 2004 por los abusos cometidos contra prisioneros locales en la cárcel Abu Ghraib.
?¿Puede alguien culpar en este momento a los iraquíes por unirse a la resistencia??, pregunta Mustafa al Ani, analista iraquí residente en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.
POSPONEN SESIÓN DE PARLAMENTO
El Parlamento iraquí pospuso su sesión de ayer domingo debido a persistentes discrepancias entre los principales bloques políticos sobre los candidatos a ocupar los ministerios de Defensa y del Interior, informó el vicepresidente de la asamblea legislativa.
La decisión fue adoptada pese a esfuerzos de último momento del primer ministro Nuri al Maliki y del embajador de Estados Unidos Zalmay Khalilzad para concretar un acuerdo.
Con el propósito de poner fin al impasse, al Maliki había prometido presentar candidatos ayer domingo y permitir que decidiera el Parlamento, integrado por 275 miembros, pero el vicepresidente del cuerpo, Khalid al Atiya, dijo que los legisladores necesitan más tiempo.
Al Atiya, miembro de la mayoría religiosa shiita, dijo que debido a la gran cantidad de candidatos y a la imposibilidad de alcanzar por ahora un acuerdo, los partidos políticos decidieron ?dar al primer ministro otra oportunidad de mantener más negociaciones?.
Al Maliki realizó nuevas negociaciones el domingo con shiitas, sunitas y kurdos en un esfuerzo para alcanzar una solución. Khalilzad, embajador de Estados Unidos en Irak, también aumentó las presiones, reuniéndose de manera separada con Al Maliki y con el líder sunita Hajim al Hassani.
Las designaciones, que deben ser aprobadas por el Parlamento, son el núcleo del plan de Al Maliki para tomar completo control de la seguridad en Irak de las Fuerzas encabezadas por Estados Unidos en un plazo de 18 meses.
Trascendió que en el Ministerio del Interior será designado un shiita, y en el Ministerio de Defensa un sunita, a fin de proporcionar equilibrio en asuntos de seguridad.