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Rebasa ?narco ?al Estado

ARTURO GONZÁLEZ GONZÁLEZ

SEGURIDAD |EL CRIMEN ORGANIZADO HA PENETRADO A LA SOCIEDAD Y A SUS INSTITUCIONES.

EL SIGLO DE TORREÓN

Investigadores alertan sobre la ?colombianización ? de México.

NUEVO LAREDO,TAMPS .-La violencia del narcotráfico ha cimbrado a México en los últimos años. En un proceso que ha superado distintas etapas, los tentáculos del crimen organizado han penetrado a la sociedad y a sus instituciones.Las víctimas de las guerras de los cárteles se multiplican y el Estado se está viendo rebasado.

En el marco del seminario titulado Narcotráfico: Investigación y Cobertura noticiosa, realizado en esta ciudad el 26 y 27 de enero, reconocidos periodistas e investigadores nacionales e internacionales hablan para El Siglo de Torreón sobre el tema y alertan sobre lo que hoy parece inminente:la ?colombianización ? de la República Mexicana. Según María Idalia Gómez, reportera investigadora de la Unidad de Respuesta Rápida para México de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), especialista en temas de seguridad nacional, justicia y Derechos Humanos,desde hace dos años, México está en un punto de quiebre en cuanto al narcotráfico, el cual se debe entender a partir de que ?las autoridades empezaron a capturar a los líderes de los cárteles sin desintegrar éstos ?. Comenta que durante la segunda mitad de los años noventa y principios de la década actual, se dieron detenciones de capos muy importantes como las de Joaquín ?El Chapo ? Guzmán, Juan García Ábrego, ?El Güero ? Palma, Osiel Cárdenas y Benjamín Arellano Félix, así como de operadores de ?alto nivel ?. También se presentó la muerte de otros líderes, tales son los casos de Amado Carrillo y Ramón Arellano Félix. ?Estos jefes administraban la violencia así como administraban la droga ?como una empresa, en donde la violencia es uno de sus activos y la manejan en función de lo que les conviene: si atacan en un lugar es para limpiar otro, daban lecciones a grupos contrarios,etc.?. Cuando caen las cabezas, ?los segundos toman el mando, algunos con éxito,otros no ?pero lo que generaron, para nuestra desgracia, fue una atomización de los grupos y, entonces, aquellas células que antes operaban para un gran cártel y que no se movían y no hacían nada si el ?señor ? no lo ordenaba o permitía y sólo tenían un espacio muy pequeño de control y poder, ahora empezaron a liberarse ?. A lo anterior, la también coautora del libro Con la Muerte en el Bolsillo, Seis Desaforadas Historias del Narcotráfico en México, agrega los constantes cambios que se han presentado desde 1993, aproximadamente, dentro de la Procuraduría General de la República (PGR), los cuales generaron modificaciones en las delegaciones y las comandancias, motivando que el control en esta corporación también se perdiera. ?Entonces, la violencia se desató:el enfrentamiento entre grupos, la pugna por territorios, el robo de droga, la pelea por ser el pasador ?se volvió la locura, que es lo que estamos viendo ahora ?. Pero no para ahí. ?Hay que considerar otros factores importantes, como la fuga de ?El Chapo ? Guzmán y la liberación de otros pequeños participantes como Juan José Esparragoza Moreno ?El Azul ?, quienes se reintegran a las organizaciones, pero como habían estado presos, tienen que ganar de nuevo un lugar, un territorio, y pelean por ello ?. Se acumula más violencia. Pese a que reconoce que hace falta analizar más el fenómeno del narcotráfico en México desde una perspectiva sociológica, política e histórica, la periodista dice que hay una evidente penetración en la sociedad por parte de esos grupos que buscan ser aceptados, ya sea por la vía del dinero o por la vía de la presión. ?La sociedad se modifica también con la violencia, se rompen sus estructuras básicas, porque las formas de establecer los lazos entre familias son distintas, por el consumo de drogas que está creciendo lentamente y de muy diversas maneras ?. El porqué esto no sucedía hasta hace algunos años, María Idalia Gómez lo encuentra en el hecho de que los narcotraficantes antes no se planteaban crear un consumo interno como negocio, sino que su visión era vender todo en Estados Unidos.?Pero sucedieron dos cosas: por una parte, empezaron a pagar con droga a sus subalternos,los cuales no tenían las posibilidades de cruzar al otro lado para venderla y empezaron a crear un mercado interno, que ha ido acumulándose y creciendo en los últimos siete años; por la otra,con el cierre temporal de la frontera de Estados Unidos, por lo que pasó el 11 de septiembre de 2001, se vio más la necesidad de no depender de un solo mercado ?. Además, explica que el Gobierno norteamericano, a través del ajuste de sus políticas, ha logrado en los últimos años frenar el crecimiento en el consumo de enervantes y, en consecuencia, la demanda. La entrevistada cree que en México el Estado ha hecho poco para enfrentar el problema. ?El poder del ?narco ? es muy grande y el Gobierno está en desventaja en esta lucha;(?)no obstante, la responsabilidad que no puede eludir un Estado es la de dar seguridad y garantizar la salud y el bienestar de sus habitantes, y no hay esos elementos ?. Por su parte, Jesús Ramírez López, consejero-director de Cuadrante de la Comunicación, S.C., opina que el Estado ha fallado en su responsabilidad de crear las condiciones adecuadas para un desarrollo estable y sostenido que evitaría en gran medida el que se den situaciones como la que hoy vive México. Y establece que ?si el Estado ha fallado para reactivar la economía,hoy vemos muy claro que muchas regiones del país tienen como motor económico los dineros del narcotráfico. Si no hay desarrollo regional, entonces, ese vacío se tiene que llenar con cualquier otra cosa y casi siempre los vacíos se llenan de la peor manera ?. Si se quiere combatir la delincuencia organizada, explica, primero se debe promover el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes y luego, o paralelamente, enfrentar al crimen, ?porque hay posibilidades de hacerlo y la primera está en la letra legal: es responsabilidad del Estado combatir al narcotráfico con todos los medios dentro del marco de la legalidad. Pero así como no se ha impulsado suficientemente la economía, el empleo, el desarrollo social y la educación, no se ha promovido una política sustantiva de combate al ?narco ?, pese a que se tienen las instituciones, la experiencia de otras naciones y buenos elementos ?.

El también ex director general de comunicación social en la Subprocuraduría Especial para el Caso Colosio de la PGR, considera que resulta muy fácil medir qué tan grave es la penetración del hampa en las estructuras gubernamentales. ?Los medios lo han señalado día tras día: si se ve detrás de cada operativo o detención en contra del ?narco ? ¿qué hay?... Hay policías de cualquier orden de Gobierno:estatales,municipales y federales, inclusive esto ha alcanzado al Poder Judicial de la Federación y de los estados,siempre aparece alguien por ahí. Esto habla del tamaño de la penetración ?. No obstante lo anterior, Ramírez López cree que el Estado mexicano aún no ha llegado al extremo de que los cárteles pongan y quiten funcionarios como ha sucedido en Colombia, ?en donde los capos tenían un candidato a la Presidencia, senadores, diputados, es decir, una penetración completa en la estructura ?. Pero, advierte, ?el pasado de Colombia, puede ser el mañana de México ?.

COLOMBIA Y MÉXICO

Martha Soto,editora de la Unidad Investigativa del periódico El Tiempo de Bogotá, especialista en temas de narcotráfico y paramilitarismo,encuentra tres similitudes fundamentales entre México y Colombia. ?La primera es el ?sicariato ?, cómo chicos muy jóvenes están siendo reclutados para asesinar; la segunda, la corrupción en las autoridades, y la tercera, la proliferación de pequeños cárteles ?. Entre las diferencias, destaca la presencia de los fenómenos del paramilitarismo y la guerrilla en el país sudamericano, ingredientes que complican el problema del Narcotráfico, en el que se encuentran involucrados tanto grupos paramilitares como guerrilleros. Otra disimilitud está en el ejercicio periodístico y la legislación en torno al tema. Ambos, dice, ?en Colombia son más fuertes que en México, por ejemplo, allá existe la extradición y el periodista tiene asegurado el secreto profesional y el acceso a documentos públicos ?. Martha Soto asegura que la colaboración entre el Gobierno colombiano y el norteamericano en la guerra contra el hampa, ha sido muy importante, para bien y para mal. Por una parte, ?el apoyo de Estados Unidos ha sido decisivo para la erradicación de cultivos ilícitos, para que sea efectiva la extradición y para perseguir a muchos caos ?; pero por otra, la corrupción que se ha presentado en algunos lectores, aunque ? son casos excepcionales ?, dice, ?ha hecho que muchos delincuentes sigan muy tranquilos introduciendo armas y traficando ?. Para la periodista, la única forma de combatir a este flagelo es con una sociedad unida y solidaria con los medios de comunicación y las autoridades.? Colombia se está enfrentando a una nueva etapa del narcotráfico y la sociedad está reaccionando, ojalá la sociedad mexicana no demore mucho en actuar ?. Para Gerardo Reyes, periodista de El Nuevo Herald de Miami y autor del manual Periodismo de Investigación, México vive ahora lo que ya vivió Colombia hace algunos años ?con una sociedad igual de vulnerable para las incursiones del narcotráfico, sociedades donde las leyes no operan muy bien, la justicia está repleta de casos impunes y donde hay funcionarios proclives a recibir sobornos ?. Considera que todo eso es el abono para que llegue un negocio ? que mueve 30 mil millones de dólares en Estados Unidos y que crea las condiciones de permeabilidad de la corrupción a todos los niveles ?. El también presidente del Instituto de Periodismo de Investigación de la SIP, revisa un poco la historia de la figura del líder de cártel. ?En Colombia, como en México, al narcotraficante se le veía al principio como un personaje folclórico, inofensivo en cierta forma y hasta los periodistas mismos estaban acostados con el enemigo, recuerdo que en una parte de Colombia, la Asociación de Periodistas puso a un salón de reuniones el nombre de Carlos Leder, uno de los grandes traficantes del Cártel de Medellín. Luego vienen las muertes. ?Los narcotraficantes empiezan con aspiraciones políticas, quieren ser presidentes, congresistas y a quien se les mete en el camino,lo asesinan ?. Reyes asegura que esta etapa del crimen organizado en el país sudamericano sólo pudo ser detenida con la extradición de los delincuentes, ?desafortunadamente, porque es un factor externo, porque Estados Unidos dijo ?o nos aprueban la extradición o rompemos relaciones con ustedes ??. Según el periodista, la aplicación de esta medida trajo consigo el incremento del tráfico de enervantes en México.?Los (?narcos ?) colombianos empiezan a temer y ¿qué hacen?,pues dejan que los mexicanos metan la droga para ellos no verse involucrados en asuntos con Estados Unidos y así evitar la extradición ?. El ?trabajo sucio ?dejan de hacerlo en Sudamérica y se traslada a la puerta de Norteamérica. Gerardo Reyes ve que en México lo que está sucediendo es una readaptación del guión colombiano.No obstante, considera que hay una diferencia dramática que opera en contra de este país. ?El narcotraficante mexicano mata, por ejemplo, periodistas sin avisarle; en Colombia había un proceso: le mandaban a uno un arreglo fúnebre como advertencia, aquí no,aquí los matan sin aviso ?. Respecto a la responsabilidad del aparato estatal en el combate al problema, responde contundente: ?el negocio es abrumador y funciona frente a un Estado débil, vulnerable y proclive a la corrupción ?. Reyes opina que el primer paso de los gobiernos para enfrentar al narcotráfico es limpiar fortalecer los sistemas judiciales, probar que funcionan. De lo contrario, dice, ?los periodistas seguiremos siendo corresponsales de una guerra inútil y estúpida que va a terminar en el punto en que esto (el tráfico de drogas) debe dejar de ser prohibido ?. Y advierte que ?mientras no haya un movimiento de la sociedad en rechazo, categórico y total, de manera que el narcotraficante se dé cuenta que es un paria en su país, las cosas van a empeorar ?.

Periodistas en peligro

En la Sociedad Interamericana de Prensa SIP)existe gran preocupación por la situación de violencia contra periodistas que se está presentando en México. Ricardo Trotti,director del Instituto de Prensa de la Unidad de Respuesta Rápida de la SIP, comenta que esta asociación actualmente ?está involucrada en diferentes proyectos con medios mexicanos apoyando ciertas líneas de acción ?. Pero este apoyo no es nuevo:?desde hace más de once años,la organización viene desarrollando un trabajo muy ecuánime en este país en materia de investigación de crímenes contra periodistas,donde la SIP no sólo ha investigado los casos ya prescritos sino que también los ha denunciado a nivel internacional para conseguir una condena contra el Estado mexicano y lograr que éste revise los expedientes para que reabra los casos ?, y cita como ejemplos los crímenes contra Héctor Félix Miranda, del Semanario Zeta de Tijuana, asesinado en 1988, y Víctor Manuel Oropeza, del Diario de Juárez, muerto en 1991. En los últimos años, la SIP ha enviado constantemente al Gobierno Federal resoluciones en las que le exige algunas líneas de acciones concretas para dar garantías al ejercicio periodístico. ?Ha habido respuesta, por ejemplo, hemos solicitado la federalización del caso Alfredo Jiménez Mota (de El Imparcial de Hermosillo, desaparecido en abril de 2005), y a pesar de la soberanía de las entidades, el Estado nacional pudo tener la justificación para absorberlo a nivel federal, al igual que el crimen contra Francisco Ortiz Franco (del Semanario Zeta) y otros seis casos más, cosa que no había sucedido nunca en México ?, explica el también coordinador del Programa de Libertad de Prensa y del proyecto Crímenes sin Castigo contra Periodistas. Además, la SIP ha solicitado la no prescripción de los asesinatos, así como el aumento de las penas contra quienes amenacen, golpeen, secuestren o maten a una persona por ejercer su derecho a la libertad de expresión. Comenta que la preocupación por la violencia desatada contra editores y reporteros en los últimos dos años en la frontera norte, motivó a la SIP a organizar a los medios de esta zona del país a través de la Declaración de Hermosillo, firmada en agosto del año pasado,?para que se pudiera trabajar todos juntos, creando un equipo de investigadores, realizando campañas periodísticas en conjunto, haciendo seminarios y tratando de dar respuestas prácticas ?. Trotti explica los atentados contra trabajadores de la prensa como consecuencia ? del contexto social de violencia que existe en México a raíz del narcotráfico y la falta de una rápida acción judicial contra la delincuencia organizada, lo cual hace que los periodistas se vean perjudicados,así como otras profesiones: policías, jueces, etc.?. Sobre la reacción de la sociedad frente a los crímenes contra profesionales de la comunicación,considera que se ha avanzado mucho, pero no lo suficiente.?Yo recuerdo que todavía hace diez años había una gran indiferencia no sólo de las autoridades, sino de los mismos periodistas.Ya hay una mayor conciencia del problema, antes nadie entendía que matar a un periodista era un atentado contra la libertad de expresión y el derecho del público a estar informado, cuando sucedía, era común escuchar a los mismos colegas decir que se lo merecía porque era homosexual o comunista o lo que sea,ahora no ?. No obstante estos avances, Ricardo Trotti piensa que la sociedad aún no está tan compenetrada en el problema, ?creo que eso va a tener que ser ayudado con que cada vez los medios publiquen más sobre el tema y hagan ver que no es un asunto exclusivo de periodistas sino de la sociedad misma ?.

RUPTURA

?La sociedad se modifica también con la violencia, se rompen sus estructuras básicas, porque las formas de establecer los lazos entre familias son distintas,por el consumo de drogas que está creciendo lentamente y de muy diversas aneras ?. MARÍA IDALIA GÓMEZ, REPORTERA INVESTIGADORA DE LA UNIDAD DE RESPUESTA RÁPIDA DE LA SIP

EL VACÍO

?Si el Estado ha fallado para reactivar la economía, hoy vemos muy claro que muchas regiones del país tienen como motor económico los dineros del narcotráfico. Si no hay desarrollo regional, entonces, ese vacío se tiene que llenar con cualquier otra cosa ?.

JESÚS RAMÍREZ LÓPEZ, CONSEJERO-DIRECTOR DE CUADRANTE DE LA COMUNICACIÓN, S.C.

SIN AVISO

?El narcotraficante mexicano mata, por ejemplo a periodistas sin avisarles; en Colombia había un proceso: le mandaban a uno un arreglo fúnebre como advertencia, aquí no, aquí los matan sin aviso ?.

GERARDO REYES, PERIODISTA PARA AMÉRICA LATINA DE EL NUEVO HERALD DE MIAMI

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