EFE
MÉXICO, DF.- Asociaciones de embotelladores, comerciantes y obreros rechazaron una propuesta gubernamental para subir los impuestos a las bebidas carbonatadas, argumentando que la medida afecta la economía de la clase trabajadora mexicana.
Los refrescos en México pagan un Impuesto al Valor Añadido (IVA) del 15 por ciento y con más impuestos “afectaría sobre todo la economía de los segmentos de la población que menos tiene”, señala la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la capital mexicana (Canacope) en un aviso publicado en la prensa local.
El Gobierno del presidente, Felipe Calderón, plantea en el presupuesto 2007, que presentó la semana pasada al Congreso mexicano para su consideración, un Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) del 5 por ciento para los refrescos.
Con esta medida el Gobierno busca recursos para cubrir el presupuesto federal, y calcula que en 2007 la recaudación estimada por este concepto, de aprobarse el aumento tributario, ascendería a tres millones 973 mil pesos (millones de dólares).
Según la Canacope, de la venta de refrescos dependen “más de 750 mil familias de escasos recursos de todo el país, para quienes este negocio representa entre el 40 y el 90 por ciento de sus ingresos totales.
En las pequeñas tiendas, donde se vende más del 75 por ciento de todos los refrescos en el país, la Canacope calcula que se perderán unos cinco mil millones de pesos (458 millones 700 mil dólares) si la Cámara de Diputados aprueba el nuevo impuesto.
El consumo per cápita de refrescos en México es considerado el segundo más alto del mundo después del de Estados Unidos y se calcula que cada persona toma entre 140 y 160 litros de bebidas carbonatadas al año.
La embotelladora mexicana Grupo Continental, por ejemplo, sostiene en su informe anual de 2005 que México es el país con mayor consumo por habitante de productos Coca-Cola en el mundo.