El Siglo Durango
Semidestruidas, algunas sin piso y bardas divisorias; así se encuentra gran parte de las casas del fraccionamiento Versalles. Aun así, los invasores advierten que no se saldrán del lugar hasta que las autoridades les resuelvan su problema de vivienda.
En un recorrido que realizó El Siglo de Durango por este fraccionamiento, propiedad de un hermano del actual senador de la República Adrián Alanís Quiñones, se constató la invasión de más de cien personas a estas casas que desde su construcción hace aproximadamente 13 años habían sido abandonadas.
Hace un año, este matutino realizó un recorrido por este lugar ya que sus pocos habitantes se quejaban de la inseguridad y de los hechos violentos que se habían presentado ya que aseguran que en este fraccionamiento habían matado y violado a varias jovencitas, situación que se pudo constatar.
Debido a su abandono y deterioro sus calles están llenas de hoyos, y en algunas partes ya no se nota el pavimento. En donde se presume que son áreas verdes, sólo hay matorrales en donde se amontona basura y excremento de animales domésticos.
En este asentamiento por lo menos en cada calle hay una sola casa habitada formalmente, y estos vecinos tienen años viviendo en este fraccionamiento, mismos que siempre se han quejado de la inseguridad.
Por dentro, las casas están llenas de todo tipo de basura. Las personas que han invadido el lugar comentan que han sacado bolsas de resistol 5000 y aluminio presuntamente para consumir la droga conocida como ?cristal?.
Por el tiempo que han permanecido solas la mayoría de las casas, no tienen los marcos de puertas y ventanas; unas ya carecen de tuberías y tinacos, baños, regaderas e instalaciones eléctricas. Las bardas divisorias se han visto afectadas, pues una parte se encuentra destruida.
Casos
Raquel Hernández Loera, de 27 años de edad, tiene tres hijos, y vive junto con su madre en una casa de renta. Es madre soltera y para sostenerse trabajaba como obrera, con salario mínimo.
Ella vio la oportunidad de adquirir una casa propia en este lugar debido al abandono y deterioro de las propiedades. Por ello, arriesgó su trabajo perdiéndolo para quedarse vigilando el cascarón de lo que pude ser su nuevo hogar. Por ello, ahora pide a las autoridades que atiendan este problema.
La mayoría de estas personas no tienen un empleo fijo ni sueldo mínimo, por lo que no les alcanza para obtener un crédito en el Fovissste o Infonavit.
El comité de vecinos apuntó que solamente quieren las casas que están sin dueño, que son 104, mismas que ya están ocupadas provisionalmente. No las quieren gratis, por lo que están dispuestos a adquirirlas mediante un crédito, para pagarlas poco a poco.
Por el momento, 104 personas se encuentran custodiando y limpiando los cascarones de las casas, para que no sean invadidos por otros grupos que han llegado al lugar para tratar de obtener una propiedad.
A este movimiento se han incorporado las personas que viven de renta en este mismo lugar, quienes manifiestan que buscan una solución para regularizarse y quedarse con la casa que tienen tiempo habitando.
