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MADRID, ESPAÑA.- Decenas de miles de personas, incluyendo a víctimas de ETA, marcharon por las calles de Madrid pese a la lluvia para presionar al Gobierno socialista a que no negocie un acuerdo de paz con el grupo separatista vasco.
El Gobierno regional madrileño calculó que 1.4 millones de personas participaron en la marcha, mientras que el ministro del Interior estimó que acudieron 110 mil personas. Muchos periodistas que acudieron señalaron que la cifra gubernamental era más precisa.
La marcha, impulsada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo, contó con el apoyo de 80 grupos políticos y sociales. Los líderes del opositor Partido Popular, incluyendo a su líder Mariano Rajoy y al ex presidente José María Aznar, también estuvieron.
“No podemos permitir que ETA se salga con la suya”, dijo Irene Villa, de 27 años, quien perdió sus piernas hace 15 años por una bomba del grupo terrorista.
“Queremos cerciorarnos que ellos (el Gobierno) no negocien con asesinos y que el terrorismo jamás sea visto como un medio para fines políticos”, agregó.
Villa y otras víctimas de ETA en sillas de ruedas fueron aplaudidos por miles de personas que les gritaban: “¡No estáis solos!”. Rajoy dijo que el objetivo es derrotar a ETA, no negociar con ella.
Algunas pancartas rezaban: “Zapatero se rinde al terrorismo”, “¡En nuestro nombre no!” También se escucharon cánticos pidiendo la renuncia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
La marcha arrancó en la plaza República Argentina a las 5:30 de la tarde y finalizó en la Plaza de Colón. Una demostración similar se produjo el cuatro de junio, con cientos de miles de personas. La región vasca cuenta con una población de dos millones de habitantes.
El Gobierno español dice que sólo puede dialogar con la ETA si abandona la lucha armada, una posición respaldada por el parlamento y, según una encuesta reciente, por la vasta mayoría de los españoles.
El grupo ha detonado varias bombas de pequeña magnitud sin víctimas humanas. ETA además emitió un comunicado la semana pasada en la que no menciona cese al fuego alguno. Reiteró que su posición es lograr la independencia del País Vasco.
