Human Rights Watch reconoce avance en materia de transparencia en México pero califica como "decepcionantes" los logros de la fiscalía que investiga la "guerra sucia".
México, (Notimex).- El organismo internacional Human Rights Watch reconoció que durante el actual sexenio se dio un importante avance en transparencia en México, y en acabar con la cultura del encubrimiento de los abusos en derechos humanos.
En el informe "El cambio inconcluso: avances y desaciertos en derechos humanos durante el gobierno de Fox", el organismo calificó como "decepcionantes" los logros de la fiscalía que investiga la llamada "guerra sucia" y señaló que no se logró convencer a la clase política de la necesidad de una reforma judicial.
"Donde la administración Fox sí logró un notable progreso fue en poner fin al encubrimiento sistemático de violaciones a los derechos humanos", señala el informe, que aplaude la decisión del presidente, de haber desclasificado 80 millones de documentos en 2001.
Al mismo tiempo, destacó que en 2002, el titular del Ejecutivo firmó la Ley de Transparencia, "que fue un golpe decisivo a la cultura del secreto, principio predominante en el manejo de asuntos públicos durante décadas".
Además, el organismo defensor reconoció la disposición del gobierno federal de trabajar conjuntamente con otras naciones, así como romper el paradigma de que opiniones internacionales sobre los derechos humanos en México, equivalían a violar la soberanía.
Al referirse a la falta de resultados de la Fiscalía Especializada para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, el informe señaló que "la administración no le ofreció el apoyo político, técnico y material para superar los principales obstáculos que enfrentó".
Entre ellos, mencionó la obstrucción militar y de otras instancias comprometidas con los abusos y dijo que debido a ello, el fiscal no ha podido detener y procesar a los principales responsables de los acontecimientos de 1968 y 1971, así como de la llamada "guerra sucia" entre los años 70 y 80.
En cuanto a la reforma judicial, Human Rights Watch consideró que la administración del presidente Fox no fue capaz de convencer a la clase política de que el respeto a los derechos humanos no socava la seguridad pública, y por ello la reforma sigue detenida en el Congreso.