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NUEVA ORLEANS, LOUISIANA.- Los mexicanos Jorge Juárez y Fernando Reyes desconocen los horarios de los desfiles del Carnaval o Mardi Gras, aunque están a unos pasos ellos, porque no vinieron a disfrutarlos, sino a reconstruir esta ciudad devastada por Katrina.
Ambos mexicanos originarios de Río Verde, San Luis Potosí, forman parte del ejército de mexicanos que trabaja en la reconstrucción de Nueva Orleans, devastada hace seis meses por el huracán Katrina.
Reyes dijo que por medio de un amigo se enteraron que en Louisiana había mucho trabajo y decidieron probar suerte.
Como ellos, miles de mexicanos y otros latinoamericanos se desplazaron desde Atlanta, Houston, Chicago, Orlando y otros rumbos de Estados Unidos, días después del paso del Katrina, registrado el 29 de agosto y que dejó en la región más de mil muertos.
Traídos por empresas especializadas o guiados por su necesidad, durante esa época de mayor emergencia, los latinos ayudaron en la limpieza de parques, avenidas o casas dañadas.
Ahora están dedicados a la reconstrucción pues, mexicanos y centroamericanos son considerados especialmente valiosos en la industria, además que ciudadanos estadounidenses harían el mismo trabajo sólo por mayores sueldos.
Los horarios son brutales pero los salarios, dependiendo de oficio y empresa, son variables pero muy buenos y no tienen comparación con lo que podrían percibir en sus países de origen.
Reyes y Juárez, quienes realizan diversas labores en la rama de construcción, dijeron que ganan en promedio unos diez dólares la hora o unos cien diarios, trabajan seis días a la semana y viven en una casa abandonada que una afroestadunidense les consiguió.
Otros tienen mejores condiciones, como es el caso de Esteban López, de 23 años y originario de Cancún, Quintana Roo, el carpintero, quien tenía cinco años en Orlando, Florida, afirmó que “tengo un sueldo de 16 dólares la hora y mi trabajo consiste en colocar techos y dar acabado final a construcciones de madera”.
