Hasta ahora nunca había habido más de tres expulsiones en un partido. .
Dieciséis tarjetas amarillas y cuatro rojas mostró el árbitro ruso Valentin Ivanov en el partido de octavos entre Portugal y Holanda, la cosecha más abundante de amonestaciones en la historia de los Mundiales que iguala el récord establecido por el español Antonio Jesús López Nieto en el Mundial anterior.
La "batalla de Núremberg" entre Portugal y Holanda registró la cifra más alta de expulsados en un solo partido de un Mundial, con cuatro, todos ellos a consecuencia de una segunda amonestación.
Se igualó el récord de amonestaciones en un solo partido que había establecido el español Antonio López Nieto en el choque Alemania-Camerún por la fase inicial del mundial del 2002 y se fijó una nueva marca de expulsiones.
Las cuatro rojas elevaron a 23 el total de expulsiones en 52 encuentros, lo que también constituye una marca para la Copa Mundial. Supera las 22 registrada a lo largo de los 64 partidos del mundial de 1998.
Hay además una nueva marca de amonestaciones, pues ya van 291, comparado con las 272 del 2002, el torneo donde se habían mostrado más amarillas.
Ivanov expulsó a dos jugadores por bando por doble amonestación: Costinha y Deco en Portugal y Khalid Boulahrouz y Giovanni van Bronckhorst en Holanda.
También recibieron amarillas los portugueses Maniche, Petit, Luis Figo, Ricardo Pereira y Nuno Valente, y los holandeses Wesley Sneijder, Mark van Bommel y Rafael van der Vaart.
Deco y Costinha quedaron descartados para el partido de Portugal con Inglaterra por los cuartos de final.
Ivanov pareció un poco liberal en el uso de las tarjetas desde el comienzo y exageradamente rígido en la interpretación de las reglas.
El técnico de Holanda Marco van Basten dijo que el silbato había "estropeado el partido".
"Fue un partido típico de Copa Libertadores, de campeonatos sudamericanos, principalmente con equipos argentinos", declaró Luiz Felipe Scolari, el timonel brasileño de Portugal. "Se pareció a una guerra".
Maniche, autor del gol que dio a Portugal una victoria 1-0, declaró que Ivanov "no contribuyó, ya que no fue un partido violento".
A Deco, por ejemplo, lo expulsó porque estimó que estaba demorando la reanudación del juego tras una falta a favor de Holanda, en una interpretación dudosa.
El partido casi se le va de las manos en varias oportunidades y abundaron los arremolinamientos de jugadores y los empujones. Varias veces los jugadores se agarraron la cabeza, incrédulos ante las decisiones del silbato.
Ivanov, por otra parte, ignoró un aparente penal a favor de Holanda hacia el final del primer tiempo, cuando Arjen Robben recibió un planchazo dentro del área. El árbitro cobró falta a favor de Portugal.
También le perdonó la vida a Figo al amonestarlo por un cabezazo intencional a un rival. Ese tipo de faltas se castiga con expulsión.
Y no sancionó a un holandés que, visiblemente descontrolado, se le fue encima al banco portugués durante una de las trifulcas y tuvo que ser contenido.
Portugal tiene 18 amarillas y dos rojas en cuatro partidos, y Holanda suma 16 y dos.
