Revocan parlamentarios las resoluciones que la Cámara Legislativa palestina tomó en el último mes.
EL PAÍS
CISJORDANIA.- El desafío de los islamistas, que tratan de formar un Gobierno de unidad nacional, fue calificado por Al Fatah de ?intento de golpe?. Hamas, por el contrario, asegura que la Ley le atribuye el derecho para abrogar las resoluciones. El pasado 13 de febrero el Movimiento de Resistencia Islámica consiguió de manera oficial tras las elecciones legislativas del 25 de enero, 74 de los 132 escaños del Parlamento.
Los diputados del partido de Abbas aprovecharon el último minuto de la moribunda Legislatura para reforzar las competencias presidenciales y vaciar de poderes el Ejecutivo que encabezará Ismail Haniya.
Las enmiendas a las leyes concedían al mandatario la posibilidad de nombrar a los nueve jueces del Tribunal Constitucional, que dirime los litigios entre los poderes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), y capacidad para vetar las leyes.
Además, se transferían a la Oficina del presidente las competencias sobre los medios de comunicación públicos y la gestión de los seguros y pensiones de los funcionarios.
Entonces, los legisladores islamistas no habían tomado aún posesión de sus cargos y acudieron a la Cámara como observadores. Sus abucheos arreciaron. Ayer fueron los parlamentarios de Al Fatah quienes recurrieron a un plantón.
?Hemos intentado negociar con Hamas para resolver este asunto, pero han insistido en la dominación?, manifestó el jefe del grupo parlamentario de Al Fatah, Azzam al Ahmed, antes de que sus diputados abandonaran la sede de Ramallah (Cisjordania). Su correligionario Tayeb Abdel Rahim fue un paso más lejos. ?Es un intento de cambiar el régimen. Deberán reconsiderar su decisión?, declaró.
A juicio de Mahmud Rahami, uno de los portavoces fundamentalistas, no hay duda: ?La Ley nos da el derecho a respaldar o anular las decisiones de aquella sesión?.
Algunos analistas aseguraban pocos días después de los comicios que al partido del presidente Abbas le costaría salir del estado de conmoción en el que le ha sumido la histórica derrota en las urnas.