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Rectificar no es una vergüenza: Durazo

Asegura que su incorporación al equipo de López Obrador no se debe a que busque una senaduría.

EL UNIVERSAL-AEE

MÉXICO, DF.- Controvertido y leal con sus principios, Alfonso Durazo Montaño, aspirante a senador por el PRD, es un político del que se dicen cosas buenas y malas, pero lo que no se puede negar es que es un hombre que maneja su verdad, que ha estado con los más cercanos hombres del poder y que ahora vuelve a ser noticia al integrarse a un equipo perredista, al de Andrés Manuel López Obrador.

¿Por qué brincar de un lado a otro?

Por convicción, porque a veces cambiar es la única manera de conservar la congruencia y porque no es ninguna vergüenza rectificar, el que no rectifica persiste en el error, falla doblemente.

¿Dónde está su ideología?

Me guían mis principios y un compromiso con el proceso de transformación democrática del país, creo que hay muchas cosas por cambiar y quiero sumar mi esfuerzo.

¿Estos cambios de partido lo vuelven una persona poco confiable?

No en la medida en que hay una historia de congruencia, si los cambios son para conservar tu congruencia me parece que no hay ninguna razón, he jugado siempre con las cartas sobre la mesa y nadie, absolutamente nadie puede decirse sorprendido respecto a mi posicionamiento.

¿Cambió de partido o de jefe?

La única ocasión que he cambiado de partido es cuando renuncié al PRI, es el único en el que he militado. Poco tiempo después de mi renuncia en el PRI encontré una expresión de un líder francés que decía que el primer error de un ciudadano es meterse a un partido y el segundo es cambiarse; no quise cometer un segundo error.

¿Será perredista porque es candidato al Senado?

Absolutamente no, me sumo desde una trinchera ciudadana a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.

¿Qué le vio a López Obrador?

No sólo necesitamos en el país una clase política más hábil y experimentada, sino también más decente y comprometida con el país, creo que Andrés Manuel lo es.

¿Quién buscó a quién?

Recibí la comunicación de su parte que es un gesto de generosidad inapreciable, sobre todo en la posición de ventaja que actualmente tiene, no requiere recurrir a nadie.

¿Lo consultó con su almohada?

Más tiempo de lo que se imagina, estaba en un proyecto editorial, ese tiempo fue un tramo de acercamiento con distintas voces y figuras sumadas ya a la causa de Andrés Manuel, una vez concluido este libro (Saldos del cambio), decidí que no era opción para mí sentarme a ver el paso de los acontecimientos, no hay nada en mi vida que me habilite para ser indiferente frente a los sucesos políticos, particularmente cuando son históricos para el país.

¿Cómo aceptó estando Manuel Camacho Solís en este equipo y que era enemigo de Colosio?

Era un adversario político de Luis Donaldo y quedó muy claro en campaña, pero también queda muy claro que me sumo al proyecto de López Obrador y que en éste participan, afortunadamente, millones de mexicanos, me sumo sin una actitud excluyente; por otro lado, no puedes hacer del resentimiento un proyecto de vida, sería ofrecerle a México un futuro de rencor.

¿Adónde va con esta nueva propuesta partidista?

A que el ejercicio del poder público reencuentre su sentido de ejercerse sólo en función de la persecución de objetivos públicos, que deje de estar al servicio de grupos y camarillas.

¿Será senador de la República?

No tengo en este momento una comunicación oficial, pero sí adelanto que si ésa es la decisión de la Alianza la asumiré con honor y haré trabajo en mi estado con una entrega total.

Es un político muy asediado, pero siempre ha estado en la segunda división.

Siempre he luchado contra el viento en contrario y porque nunca me he brincado un escalón para llegar a donde estoy, jamás se me ocurriría en la vida, por responsabilidad como país, que el primer escalón que yo pretenda subir sea el de la Presidencia de la República.

¿Cómo vivió estos meses de destierro?

El destierro de autodestierro fue una decisión tomada con plena conciencia de los costos que tendría, particularmente los personales. El desierto es soledad y desolación.

¿Se sintió solo?

Era parte de los presupuestos de mi decisión, es decir, una soledad prevista.

¿Se dio cuenta de quiénes son sus amigos?

Una vez más te das cuenta que tienes muy pocos amigos.

¿Lo deprimió?

Por supuesto que no, porque formó parte de los costos presupuestados de mi decisión; si ésta se hubiese debido a la precipitación o a la impericia de un primerizo, me hubiese sorprendido de los costos, pero decidí enfrentar la reacción y costos correspondientes con la mayor dignidad posible.

¿En su libro habla de Los Pinos?

Este libro contiene una serie de reflexiones políticas, que me acompañaron durante mi estancia en Los Pinos, tal vez ése sea su mayor valor, es un libro de reflexión, no un inventario de anécdotas y mucho menos de agravios, no soy el recuento de agravios, no es mi oficio, ni creo que lleve a ningún lugar que valga la pena.

¿Habla de cuestiones que puedan dañar la privacidad de la casa presidencial?

Descorrer el velo de las intimidades no es necesario para entender la historia.

¿Qué revela?

Desfilan los personajes imprescindibles y mis reflexiones políticas están enmarcadas por los acontecimientos que a mí me tocó vivir.

¿Usted regresaría a Los Pinos como secretario particular?

No tengo ningún elemento para especular sobre esa posibilidad ni sobre otras, mi incorporación llegó sin condiciones respecto a posiciones, ante la eventualidad de su triunfo, ni aspiro ni espero nada, pero, si puedo servir será un honor.

¿Tiene credibilidad?

He tomado decisiones con altos costos personales pensando en servir al país, aunque yo mismo me cuestiono por qué lo he hecho.

¿Debe haber un cambio en el país?

La única posibilidad de cambio está en el cambio de valores, no podemos aspirar a tantos cambios como demandamos los mexicanos, me he enfrentado a la decisión de si por lealtad incondicional y agachón, que nada tiene que ver con los intereses del país vamos a aceptar que el país se vaya en un tobogán como a veces ha parecido estar.

Mi conclusión es que el país no merece que por ese concepto de lealtad en crisis nos lo llevemos entre los pies.

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