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FRAIJANES, Guatemala.- Al menos siete presos murieron en los enfrentamientos que estallaron cuando más de tres mil policías y soldados tomaron por asalto la principal cárcel del país que estaba dominada por el crimen organizado, confirmaron ayer las autoridades.
?Encontramos una fuerte resistencia, tenían granadas, fusiles de asalto, armas cortas y bombas molotov?, dijo el director general de presidios, Alejandro Giammatei. El ministro del Interior, Carlos Vielmann, explicó que la cárcel de Pavón, a unos 20 kilómetros al este de la capital, estaba totalmente controlada por el crimen organizado.
?No sabíamos por conteo nuestro cuántos reos habían en el lugar, desde hace más de diez años que el comité de orden y disciplina era el que informaba sobre la cantidad de reos en el lugar?, agregó.
Las autoridades informaron en una rueda de prensa que al ingresar las tropas oficiales fueron recibidas con disparos de fusiles de asalto y el estallido de al menos seis granadas.
Durante el asalto murieron siete reos que se resistieron a la operación, entre ellos el convicto que presidía el comité de orden y disciplina. ?Lo encontramos con un fusil M-16 en la mano?, reveló Vielmann.
En principio se habló de ocho muertos, pero con el paso de las horas se precisó la cifra de siete fallecidos y un herido. Dentro de las víctimas también figura el colombiano José Batres, quién según las autoridades era uno de los cabecillas del penal.
Batres tenía una lujosa casa al interior del recinto que fue ametrallada por las autoridades ya que se convirtió en el principal foco de resistencia al ingreso de los uniformados. En el interior de su residencia el reo contaba con un jacuzzi, televisión de pantalla plana y una cama de tamaño king size.
La cárcel de Pavón, la más grande del país, mantenía reos condenados hasta por 50 años por delitos como homicidio, secuestro y otros crímenes.
Los reos habían construido casas en las cuales vivían con ?lujos? en el lugar. ?Esto es una caja de Pandora que sólo está empezando a abrirse?, reconoció Giammatei. Según la Policía, dentro del reclusorio operaba un laboratorio para procesar drogas de consumo interno. Las autoridades han encontrado hasta el momento unas 150 armas de fuego.
Los reos fueron trasladados a una cárcel vecina donde serán recluidos hasta que se complete la limpieza del lugar y se destruyan las casas construidas por los reclusos.
SOLICITAN INVESTIGACIÓN
El director de presidios pidió al Ministerio Público que investigue a los 80 trabajadores del centro por complicidad en el ingreso de armas y precursores para el procesamiento de droga.
?Había dos toneles de acetona que la usan para procesar el ?crack? y eso no pudo haber caído del cielo?, explicó Giammatei.
El Gobierno decretó estado de prevención por ocho días en el municipio de Fraijanes para prevenir cualquier incidente, lo que incluye la limitación de algunas garantías constitucionales como la de locomoción y la autorización para que las autoridades registren cualquier vehículo que les parezca sospechoso.
El presidente guatemalteco Óscar Berger acudió al lugar para verificar la situación del centro y señaló que empezarán la demolición de las casas construidas por los reos para construir una cárcel bajo normas internacionales.
