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Georgia, EU.- Los estacionamientos de remolques donde vivían están vacíos, la procesadora de carne de aves busca reemplazar a más de la mitad de su planta laboral y las tiendas donde los indocumentados compraban cigarrillos, cerveza y comida, se han quedado sin sus mejores clientes.
Stillmore, comunidad del estado de Georgia, con unos mil habitantes, ha quedado convertida en poco menos que un pueblo fantasma desde el primero de septiembre, cuando agentes federales empezaron a detener a indocumentados.
La acción tuvo el efecto inesperado de mostrar la gran importancia de los indocumentados para la economía local.
Más de 120 indocumentados han sido enviados en autobús a las cortes migratorias de Atlanta, a 304 kilómetros, mientras otros cientos más han huido del Condado de Emmanuel. Los pobladores dijeron que muchos se refugiaron en el bosque, acampando durante varios días, y temen que sean víctimas del hambre.
Al menos un niño, nacido en Estados Unidos, tuvo que ser abandonado por sus padres mexicanos. Víctor Pérez López, de dos años, fue dejado por su madre, Rosa, con la niñera Julie Rodas, cuando se iniciaron las detenciones. La madre huyó del estado y el padre fue deportado a México.
?Cuando su mamá trajo a su bebé y lo dejó, estaba llorando y yo también. Me dijo, ?Julie, ¿podrías cuidar a mi hijo porque no tengo dinero ni cómo pagar la renta???, señaló la niñera.
Durante cinco años, Rodas se ha ganado la vida cuidando a los hijos de los trabajadores de la empresa de carne aviaria Crider Inc., donde la gran mayoría era de indocumentados mexicanos. Aprendió español y consideraba a muchos de los indocumentados como sus mejores amigos. Llegó a organizar las fiestas de cumpleaños y bautizos de los hijos de los mexicanos.
El único niño que se encuentra ahora bajo el cuidado de Rodas, además de su propio hijo, es Víctor. Sus clientes han desaparecido.
Las autoridades también realizaron detenciones en un estacionamiento de remolques operado por David Robinson. Los residentes ilegales que encontraron en el mismo, fueron esposados y las autoridades se los llevaron. Casi ninguno ha regresado. Robinson colocó una bandera estadounidense invertida, en señal de protesta, en el estanque de la entrada.
?Estas personas pueden no tener derechos en Estados Unidos, pero seguro tienen derechos humanos. No hay justificación alguna para tratarlos como animales?, dijo.
Los allanamientos ocurren durante un periodo de elecciones en el que la inmigración es uno de los temas principales.
El mes pasado, el Gobierno Federal informó que el estado de Georgia tenía la población de indocumentados de más rápido crecimiento en Estados Unidos. La cifra se incrementó más del doble desde un estimado de 220 mil en 2000 a 470 mil el año pasado.
DURAS MEDIDAS
Este año, los legisladores estatales aprobaron algunas de las más duras medidas contra los indocumentados y el gobernador republicano Sonny Perdue juró actuar contra la falsificación de documentos migratorios en el estado.
No hay muchas otras fuentes de empleo en Stillmore, aparte de la procesadora de Crider. Hay cuatro tiendas pequeñas, una lavandería automática, una iglesia bautista que comparte el centro con la alcaldía, además del cuartel de bomberos y la oficina postal. ?Somos pobres, pero orgullosos?, dijo la alcaldesa Marilyn Slater, como si ése fuera el lema de la población.
El censo de 2000 señala que Stillmore tiene una población de 730 personas, pero Slater dijo que los indocumentados la elevaban a mil. Ahora, hay muchas casas vacías y las calles están prácticamente abandonadas.
?Esto me recuerda lo que leía de la Alemania nazi, cuando llegaba la Gestapo y se llevaba a la gente?, dijo Slater.
Un vocero de la Policía de Inmigración y Aduanas, Marc Raimondi, no quiso hablar en detalle sobre los arrestos, pero dijo que ?no podemos dejar de tomar en cuenta el que estas personas estaban aquí ilegalmente?.
En la Sucursal Salina Número dos, tienda llena con sodas y golosinas importadas desde México, el cajero Alberto González dijo el miércoles que el dueño podría cerrar el lugar. Para el mediodía González solamente había visto seis clientes, cuando generalmente tenía un centenar.
La tienda B&S, propiedad del hijo y nieto de la alcalde, Keith y Regan Slater, ha perdido al 80 por ciento de sus clientes.
?Estas personas llegan aquí a tener una mejor vida, no a hacernos daño. Soy un republicano convencido, pero creo que cometimos un error con esto?, dijo Keith Slater, quien tiene un retrato de Ronald Reagan en el muro.