EFE
ROMA, ITALIA.- Tras unas de las campañas electorales más duras, dominada por los insultos y los impuestos, los italianos reflexionaron para decidir si en los comicios de hoy domingo y mañana lunes entregan de nuevo el Gobierno al conservador Silvio Berlusconi o cambian por el progresista Romano Prodi.
A medianoche enmudecieron los micrófonos y comenzaron a desmontarse los palcos desde donde los políticos lanzaron sus últimas promesas, buscando, sobre todo, el voto de los indecisos, que según los últimos sondeos superaba el 20 por ciento.
Silvio Berlusconi, primer ministro y líder de la coalición conservadora Casa de las Libertades, aprovechó las últimas horas para pedir a los italianos, en especial a la clase media, que voten, afirmando que la abstención sólo beneficia a la izquierda.
Desde hace dos semanas están prohibidos los sondeos. Los últimos, del 25 de marzo, señalaban que “La Unión”, la coalición de centro izquierda que encabeza Prodi, sacaba a la de Berlusconi una ventaja de entre 3.5 y 5 puntos.
Berlusconi aseguró que tenía datos que le dan como vencedor, pero no desveló más. Sus aliados hablaban en los últimos días de resultados “muy ajustados” e incluso de hasta un empate.
En ese eventual último caso todos se mostraron a favor de nuevas elecciones. En Italia una gran coalición como en Alemania es impensable.
A estas elecciones están llamados 50 millones 098 mil 305 italianos, que votarán en 60 mil 977 colegios electores.
Las urnas abrirán a las 06.00 Tiempo del Meridiano de Greenwich (GMT, por sus siglas en inglés) del nueve de abril y cerrarán a las 20.00 GMT. Mañana lunes volverán a abrir a las 05.00 GMT y cerrarán definitivamente a las 13.00 GMT. Inmediatamente después comenzará el escrutinio de los votos, que se iniciará con el Senado.