Me va a permitir que adentre un poco en la historia de algunos hombres de mi Comarca.
Recibí un mensaje de un amigo que me preguntó: ?Tus narraciones de tus viajes por el mundo nos embelesan y nos hacen conocer un poco el Viejo Mundo, pero ¿qué nos podrías relatar de Torreón?
Por un poco más de cinco años no he regresado a mi Comarca. ¿Qué historia podría contarles? Ahora que me enteran que en estos años ya no es el Torreón que conocí, cuánto ha crecido, agigantado casi cinco veces. Su historia actual, su población y su construcción de edificios, que nos plantean otra historia.
La historia de Torreón sería imposible que llegue a conocerse cabalmente. Los pueblos no tienen historia, la historia la hacen sus gentes. Ya lo dijo Thomas Carlyle: ?Ningún hombre vive en vano. Las historias de los pueblos no son sino la historia de la humanidad y ésta es la biografía de cada uno de sus hombres?. También, dicen por ahí que ?cada cabeza es un mundo y cada hombre, una historia?. Entonces, querer conocer la historia de cada uno de los seres humanos que han pasado, los que ahora están y los que deben venir algún día a Torreón será imposible y se conocerá solamente la historia en el núcleo de gentes que nos rodeen más íntimamente y acaso los sucesos que más impacto tengan en su desarrollo.
Todo historiador escribe de lo que fue testigo, de lo que ha investigado y de lo que le han narrado los viejos vieron o lo que oyeron decir. Pero el escritor siempre estará rodeado de un círculo, el que le ha tocado vivir y en el que con más facilidad y conocimiento se mueve.
Pongamos por ejemplo: Si yo tuviese la calma y la intuición literaria de un historiador, desde luego que trataría de narrar los acontecimientos más sobresalientes y los que en su momento obligaran a ser el centro de la atención. Pero mi lógica inclinación por las artes, me llevarían a llenar páginas y páginas de la historia en este renglón y por lo tanto, me vería obligado a poner en el mismísimo primer lugar, al culto pintor, escultor y escritor don Manuel Guillermo Lourdes. ¿Qué muchos no estarían acordes en mis apreciaciones? No me importaría, para mi fue el mejor artista que ha pasado por nuestra región y de su saber y su cultura, se basa la mínima que yo poseo. Tampoco podría anotar en mis narraciones sin incluir al español Salvador Tarazona, el del gigantesco afán de llenar grandes espacios, como tampoco podría excluir a otro ibérico cuyas obras hasta cierto punto risible y sin bases históricas, pintó en un hotel, me refiero a Juan Bueno Díaz, ambos en su momento contaron con el apoyo de prominentes torreonenses y si sus obras no son perfectas que nosotros quisiéramos, allí están algunas y queramos o no, han hecho su contribución a la historia del arte de nuestra región.