Pekín, (EFE).- Matrimonios acordados, cirugías estéticas y marcas en una falsa Gran Muralla centran la celebración del Día de los Enamorados entre los chinos, un pueblo básicamente pragmático.
Mientras rosas, bombones, joyas y otras muestras de amor comercial tratan de abrirse camino en el boyante capitalismo chino, la tradición sigue marcando pautas.
Cada domingo por la tarde hasta 500 padres desesperados se reúnen en parques pequineses como el de Zhongshan portando anuncios con información básica sobre sus hijos -imprescindible salario- con la intención de encontrar una media "mandarina".
Se trata de un auténtico tráfico de solteros que responde a una tradición milenaria y rural en la que el amor es lo que menos cuenta, mientras las víctimas, ajenas a la frenética actividad de sus progenitores, no superan los 30 años de edad.
"No puedo dormir pensando que mi hijo todavía está soltero. ¿Qué puede hacer un padre sino preocuparse por sus hijos?", señala uno de los traficantes de amor. "Si mi hija supiera que estoy aquí le haría perder honor", explica Luo Shuge a la revista "Time Out".
Los datos básicos de la hija de Luo son: "Mujer, 27 años. Permiso de residencia en Pekín. 1.62 metros. Licenciada en Arte. Diseñadora de web". Ya cerca de los 30 y soltera, la madre ha decidido intervenir en la felicidad de su hija a la antigua usanza.
El resultado no es muy esperanzador a la luz de lo que cuenta el señor Wang, que ya le ha presentado a su sobrina tres pretendientes: "Me gustaron los padres y la información de ambos cuadraba. Pero no tengo ni idea de por qué no se gustaron el uno al otro".
Según los padres, los hijos no tienen tiempo para encontrar una pareja debido al trabajo, y estar soltero después de los 30 es considerado una situación inquietante, una vergüenza y un mal que afecta ya a medio millón de ciudadanos entre 30 y 50 años en Pekín y Shanghai, cinco veces más que en 1990.
Quizás la falta de tiempo y de interés se deba a que los jóvenes están demasiado ocupados intentando cerrar una cita a ciegas a través de internet.
Para los más románticos, basta con ir a la sección de la Gran Muralla en Juyongguan, donde los administradores del milenario monumento han decidido construir una pared falsa para que, por 120 dólares, los enamorados dejen sus perennes marcas en la piedra y evitar así que lo hagan con grafiti en la original.
Pero sin duda lo más chic este año es operarse la nariz en pareja o regalarle a la esposa o amante un aumento de senos por hasta 4 mil 400 dólares.
Liu Yan, de 24 años, y su novio, de 28, están dispuestos a pagar mil 200 dólares en la clínica Shanghai Art Plastic Cosmetic & Esthetic Surgery para esculpirse idéntico tabique nasal como prueba de su compromiso en la víspera de San Valentín, informa el "China Daily".
