El Universal
Cancún, Quintana roo.- Decenas de familiares y amigos esperaron bajo la lluvia afuera de la cárcel de Cancún para entrar a ver a su gente por primera vez, luego del motín del viernes pasado, que dejó como saldo la muerte de tres reos, una veintena de heridos y la fuga de una centena de presos, de los cuales se han recapturado 75.
Los menos, con paraguas e impermeables, pero eso sí, todos con sus bolsas con galletas, ropa, frutas, leche, shampoo, recipientes de comida, papel sanitario y hasta pescado frito, avanzaron mojados hacia el interior del recinto, donde se desarrolló la rebelión de más de 300 presos en protesta por el traslado de su líder, Marco Abelaido Gallegos, a quien llamaban ‘El Padrino’.
A su salida, algunos familiares indicaron que los internos les manifestaron el temor que experimentaron ante el motín, la balacera y el exceso de fuerza usado para someterlos, cuando muchos de su compañeros no oponían resistencia.
La noche del sábado, en conferencia de prensa, al informar sobre los avances de las investigaciones, el procurador de justicia de Quintana Roo, Bello Melchor Rodríguez y Carrillo, citó que por ejemplo uno de los muertos, a quien identifican como ‘El Iguano’, recibió cinco impactos de bala calibre .12 provenientes de una escopeta.
Este tipo de arma está permitida para el uso de elementos de la Dirección de Seguridad Pública, Tránsito y Bomberos municipales, quienes se encuentran apostados en las torres de vigilancia que posee la cárcel, debido a que los custodios se encuentran desarmados por seguridad.
El presunto uso excesivo de la fuerza y la responsabilidad por los homicidios de los tres reos, así como de las causas del propio motín forman parte de la averiguación previa ZNCAN/5400/12/2006 iniciada por la Procuraduría desde el viernes pasado.