El pasado 22 de marzo la banda terrorista ETA a través de tres voceros encapuchados, presentaron a la opinión pública española, francesa y mundial un comunicado oficial que aparentemente marca una diferencia entre el vocabulario empleado, respecto de otro lanzado en 1998.
Mientras que entonces, la banda declaraba una “tregua”, hoy ha anunciado un “alto el fuego” y, además, especifica que es “permanente”. En 1998 decía que la tregua era “indefinida y sin condiciones”.
Sin embargo, en los últimos años en tres ocasiones adicionales ETA ha anunciado un alto el fuego, hace dos años anunció una tregua en Cataluña tras de que el líder de Ezquerra republicana de Cataluña, Carrod Rovira tuviera una entrevista con miembros importantes de la banda terrorista en territorio francés y, poco tiempo después, el grupo armado que significa en castellano Tierra Vasca y Libertad pronunciara otra tregua que sólo afectaba a políticos.
En tal virtud el optimismo que muestran muchos de los actores de la vida social y política española no es compartido por la dirigencia del principal partido opositor al Gobierno: el partido Popular que en un comunicado ha hecho ver que: “Este alto el fuego que ahora se nos anuncia es una pausa, no es una renuncia a la actividad criminal. Supone reafirmar su voluntad de seguir existiendo, no se arrepiente de nada y no pide perdón a las víctimas del terrorismo. De nuevo, nos dicen que el objetivo es iniciar un proceso que conduzca al objetivo de siempre, que es el derecho de autodeterminación y, de nuevo, nos imponen las condiciones de siempre”.
Ante el comunicado entregado en video por la ETA a un canal autonómico de televisión vasco y por escrito a dos periódicos de la referida comunidad autonómica, el presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechó su intervención en la sesión del pleno en el Congreso para manifestar un beneplácito prudente frente a dicha declaración del grupo armado que desde 1968 ha asesinado a 851 personas, en todo el territorio español.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, encontró el apoyo parlamentario para iniciar un diálogo con ETA pero con la condición expresa de que la banda terrorista abandone definitivamente las armas. El 17 de mayo de 2005 el Congreso de los Diputados dio este respaldo al presidente del Gobierno, tras aprobar una moción en la que el PP exigió que el gobierno no cayera en posiciones ingenuas respecto de las intenciones reales de un grupo que ha sembrado muerte, terror y violencia a lo largo de tantos años.
Por otra parte el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, afirmó que España vive “un momento importante y es portador de muchas esperanzas” un día después del anuncio de ETA de un alto el fuego permanente. Sin embargo, lo cierto es que hay que esperar que este anuncio de los encapuchados blancos sea realmente un definitivo paso a la entrega de las armas y el cese de la fuerza bruta, la violencia y el chantaje como medio para imponer su modelo de nación.