EFE
Beirut, líbano.- Los cinco ministros de los movimientos shiitas libaneses Jezbolá y Amal presentaron ayer su dimisión de los cargos que ocupaban en el Gobierno del primer ministro Fuad Siniora, informaron medios locales.
Estas dimisiones llegan después de que aumentara la tensión entre la mayoría parlamentaria antisiria y los partidos shiitas por la exigencia de éstos de formar un Gobierno de unidad nacional y, en especial, por la posible creación de un Tribunal Internacional que juzgue el asesinato del ex primer ministro Rafic al Hariri.
Según explicó la cadena Al Manar, órgano de comunicación de Jezbolá, las dimisiones se deben a “la insistencia del Gobierno de imponer condiciones y resultados previos a las negociaciones” para la formación de un Gobierno de unidad nacional.
Según un comunicado conjunto de Jezbolá y Amal, reflejado en la televisión Al Manar, ambos partidos señalan que no están dispuestos a permanecer en el Gobierno porque no están de acuerdo con dichas exigencias, que “dañan los intereses nacionales superiores”.
Ambos grupos expresaron su deseo de que el Gobierno tenga “éxito” en sus tareas y justificaron su dimisión en que habían insistido al resto del Gobierno en la necesidad de mantener en el país un “sistema democrático y mantener la estabilidad y la seguridad y el bien de todos los libaneses”, algo que, en su opinión, el resto de grupos del Gobierno no comparte.
En total son cinco los ministros dimisionarios, tres de Amal - Talal Sajli, de Agricultura, Mohamad Jalife, de Salud y Fauzi Saluj, de Exteriores- y dos de Jezbolá -Mohamad Sfneich, de Agua y Energía- y Trad Hamade, de Trabajo-.
El actual Gobierno libanés es el primero elegido en el país desde la salida de las tropas sirias, en abril de 2005, y también fue el primero en el que Jezbolá contó con ministros.
Pese al temor de la población y a las llamadas de los sindicatos y de la patronal libanesa a los dirigentes políticos para que evitaran que Líbano sufriera una crisis, el acuerdo en el seno del Gobierno fue imposible.
El desacuerdo sobre la formación de un Gobierno de unidad nacional fue aparentemente la causa del fracaso del “diálogo nacional” entre los líderes políticos libaneses y causó la dimisión de los ministros shiies.
El diálogo se convirtió en imposible cuando el primer ministro, Fuad Siniora, abrió la posibilidad de estudiar la creación de un Tribunal Internacional para juzgar a los asesinos del ex primer ministro Al Hariri, según medios locales.
El general cristianos Michel Aoun, aliado de Jezbolá, acusó a la coalición del 14 de Marzo (antisiria y mayoritaria) de administrar el país de modo anticonstitucional, mientras que sus rivales estimaron que éstos tratan de torpedear la creación de un Tribunal Internacional.
La Oposición, entre ellos Amal y Jezbolá, exigían un tercio de las carteras del Gobierno, lo que le daría derecho de veto sobre las decisiones clave, algo a lo que se opuso la mayoría.
