Deportes Cristiano Ronaldo Selección Mexicana Mundial 2026 Liga MX selección nacional

Reportaje| Una vida para contar

Sergio Luis Rosas

El ex campeón mundial de natación habla sobre los momentos difíciles que lo impulsaron a salir adelante.

El Siglo de Torreón

TORREÓN, COAH.- El ex campeón mundial de natación Guillermo Echevarría ha estado dos meses y medio en profundo estado de coma, en dos ocasiones el sacerdote le ha dado la extremaunción, los médicos que lo atienden dan pocas esperanzas de salvarlo, pero él se aferra a ganar la otra medalla... la de la vida.

De urgencia es llevado al quirófano para revisar la herida del pulmón, ya que supuraba suero y esto era muy peligroso, pues si pasaba el líquido a los pulmones moriría de inmediato por asfixia, entonces el doctor Noé Vargas Tentori se da cuenta de que el famoso nadador volvía en sí.

Al verse Guillermo en el quirófano rodeado de gente encapuchada (médicos y enfermeras), escucha la voz del galeno que le dice: ?Memo tuviste un accidente en la carretera de Puebla a Veracruz, pero ya la estamos librando, vas muy bien?.

Señala que de ese susto le salió una úlcera de estrés, sentado en el cómodo sillón de la sala de la familia Pliego Estrada, en donde se hospedó durante su visita a la Comarca Lagunera. Añade que antes del accidente nunca había estado internado en un hospital.

Tenía 33 años de edad y había sido deportista de toda la vida; viajaba a Veracruz en una vagoneta para participar en un torneo de buzos. Adelante de Puebla llovía fuerte, de repente hubo un amarrón de vehículos, un camión de carga chocó por alcance a la Caribe que conducía el tritón, a consecuencia del impacto fue a dar al carril contrario de circulación, por donde transitaba un trailer, cuya máquina alcanzó a librar el miniauto, pero el remolque impactó fuertemente el costado del lado del conductor.

Guillermo se lleva las manos a la cara para recordar que el volante fracturó sus costillas, una de éstas atravesó el pulmón, y esto no fue lo grave, ?lo más grave fueron los golpes que recibí en la cabeza, que me tuvieron dos meses y medio en estado de coma profundo?.

Adelante de Guillermo iba el ex olímpico mexicano Raúl Villagómez, quien al darse cuenta de lo ocurrido se regresa y con una fuerza impresionante destroza la puerta que tenía prensado el cuerpo de Guillermo. Raúl solicita a los traileros con radio civi que pidan ayuda a Puebla para que auxilien al ex campeón mundial de 1,500 metros libres. Villagómez se comunica con los familiares de Guillermo, quienes sugieren que lo trasladen a Puebla.

?Mi amigo Felipe Muñoz consiguío una avioneta con el Gobierno del Estado de Puebla para que me lleven a la capital, sin embargo, los médicos no autorizan el traslado por lo delicado del pulmón y el alto riesgo de infección del mismo ante los efectos de la contaminación?. Otra de las causas por las que no autorizan el traslado en avioneta, es que Guillermo no pueda realizar movimientos bruscos, debido al estado de su cabeza. La única opción es trasladarlo en helicóptero y a baja altura. Los dos médicos que lo acompañan viajan espantados, ya que el aparato vuela sobre las azoteas de casas y edificios para aterrizar en el helipuerto de la delegación de la Cruz Roja, ubicada en calzada Ejército Nacional, de donde lo trasladan al Sanatorio Español de la Ciudad de México.

Un mes dura internado en ese nosocomio, en donde le cobran un millón de pesos, después de hacerle un descuento del 25 por ciento, es entonces cuando Felipe ?Tibio? Muñoz y otros amigos le escriben una carta al presidente en turno, José López Portillo, para solicitarle ayuda.

El ex mandatario gira instrucciones a Arsenio Farrel Cubillas, director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en ese momento, para que visite a Guillermo Echevarría y le ofrezca que se interne en el Centro Médico del IMSS, con la orden expresa de que lo atiendan lo mejor que puedan.

?Fue impresionante la estructura del Centro Médico, ahí un día escuché que mi hermano Enrique le pregunta al doctor cuál es el diagnóstico y éste responde: ?No tenemos idea de como sigue vivo??.

Cuenta Guillermo que cuando vuelve en sí fue impactante la forma en que se comunicaba con su madre, ya que no podía hablar, la única manera de entenderse con doña Sara Pérez viuda de Echevarría era mediante parpadeos.

?Si pardeaba una vez era sí, si parpadeaba dos veces era no, de esta manera platicábamos durante varias horas?, explica Guillermo mientras se para un instante del sofá y agrega que toda la gente que iba a verlo le daba ánimo, pero en su cabeza entra la angustia de que se lo dicen por compromiso, pero ignoran lo mal que está.

?Estaba acostado y tenía ganas de rascarme la espalda, pero ni eso podía hacer, era como un trapo, cuando salí del hospital había perdido 37 de los 80 kilos que pesaba al ingreso al nosocomio? asegura Guillermo mientras pide un vaso de agua para refrescar su garganta.

No podía caminar, ni siquiera ponerse de pie, no tenía control en el equilibrio, de lo débil que estaba. Salió del Centro Médico en silla de ruedas con su madre a un lado. ?Mi mamá era todo para mí, me bañaba, me lavaba los dientes, me limpiaba cuando hacía las necesidades fisiológicas, pues en dos meses y medio perdí el esfínter, utilizaba pañales desechables.

?Un día me sentí avergonzado, y mi madre dijo qué tienes tonto, para eso estoy aquí, para ayudarte, pero yo lo contesté no sabes lo mal que me siento?, recuerda Guillermo.

Califica de denigrante la situación que vivió durante esos dos meses y medio. Momentos muy penosos, difíciles y tristes.

Duda de la existencia de Dios

Antes del accidente Guillermo había dejado de creer en el Ser Supremo, en tres ocasiones lo insultó, cuando era maestro de la Escuela de Natación Acuarama.

Un día se presentó una madre de familia con un niño entre los brazos, y con un gesto negativo de la cabeza le indicaba que su hijo tenía problemas sicomotores, no había coordinación alguna ni en su cabeza ni en sus extremidades.

?Era un niño inválido, sin embargo, el doctor le había indicado a su madre que hiciera todos los movimientos normales. Cuando lo tomé por primera vez sentí un impacto impresionante, pero su cara hermosa me conmovió y opté por consentirlo?, cuenta el ex olímpico mexicano.

?Su cara era de temor y desconfianza cuando entraba al agua, pero poco a poco me lo fui ganando con apapachos?, admite Guillermo Echevarría, mientras se lleva el brazo derecho sobre su hombro para rascarse la espalda.

Confiesa que al término de esa primera sesión salió muy consternado, y se preguntó por qué diablos había nacido ese niño como un trapo, de quién había sido la culpa.

El ganador de diez medallas en los IX Juegos Centroamericanos de San Juan Puerto Rico en 1966 se atreve a cuestionar a Dios y le dice: ?Tú no existes, porque si en realidad existieras no le hubieras dado a esta criatura la calidad de vida que tiene.

?Yo le dije a Dios, tú no existes, tú no puedes existir y crear un castigo con una criatura tan pura y sencilla, y si es verdad que existes, vas tres veces y ..., confiesa en un tono de arrepentimiento.

Cuenta que lo hizo solo, sin que nadie lo oyera, pues estaba dolido, ofendido, por la razón de existir esa criatura.

?Me acordé de ese momento cuando estaba en la sala de terapia intensiva del Centro Médico del IMSS, y sin decirme nadie nada, me daba cuenta de que a varios vecinos míos les tapaban la cara con la sábana y ya no regresaban?, narra Guillermo mientras cruza las piernas y cierra sus ojos para recordar el pasado.

Explica que otra de las causas de su pérdida de fe, fue la gran desilusión que sentía de pequeño durante las fiestas navideñas, cuando se dio cuenta de que no existen Santa Claus y los Reyes Magos, que son tan sólo un argumento para que los niños observen un buen comportamiento, y a cambio de ello reciben un regalo.

La actitud rebelde de su adolescencia fue una parte fundamental para dejar de creer en Dios, no obstante que tenía un tío sacerdote, Víctor Pérez Rendón, hermano de su madre, doña Sara Pérez viuda de Echevarría, quien aún vive.

?Aunado a esa pérdida de fe, estaba el hecho de que era famoso y popular, tenía un buen trabajo, un círculo social aceptable, un departamento de soltero, un Mustang verde precioso y cierta demanda del sector femenino?, recuerda con un tono de nostalgia.

Recupera la fe

Guillermo confiesa que durante su estancia en el hospital aprendió a hablar con Dios y un buen día le dijo: ?Ni hablar mano, sí existes, pero perdóname, porque mi castigo es estar viendo mi muerte con mis vecinos, ¿Me vas a llevar? Mi castigo es mi angustia, que tú sabes como estoy sufriendo?.

Relata que fueron momentos difíciles, ya que después del padecimiento sufre una cruda moral deprimente, por todo lo que hizo pasar a su familia.

?Yo creo que la actitud de mi madre, de ir todos los días al hospital y estar junto a mi, fue determinante para recuperarme, y causó asombro entre médicos y enfermeras que me atendían?, admite el tritón mexicano.

?Llegaba y me alentaba como si estuviera compitiendo, a la voz de Guillermo échale ganas, no te dejes vencer, tú no eres un perdedor, ahora vas por la otra medalla?, recuerda Guillermo visiblemente emocionado.

Hace una pausa, toma un sorbo de café de la taza que le ha servido su concuña María Elena Estrada de Pliego, y enseguida reconoce que es muy cierto que ?Dios es lento para enojarse y bondadoso para perdonar?.

Su ángel de la guarda

Beatriz Pliego era joven terapeuta del Centro Médico del IMSS, un buen día de 1981 recibe la encomienda de atender al ex olímpico mexicano, y estaba muy lejos de imaginar lo que el destino le iba a deparar.

Guillermo no podía caminar ni ponerse de pie, además padecía problemas de habla. Beatriz es paciente y en un mes logra que el famoso nadador vuelva a caminar de manera independiente, a grado tal, que todos se quedan sorprendidos de su rehabilitación, pero a Guillermo se le hizo eterno.

?Con el habla tuve muchos problemas, me costó trabajo salir adelante, pero algo que me enseñó el deporte es luchar y nunca darme por vencido, ya que siempre hay la esperanza de la revancha?, cuenta Guillermo y en su cuello se asoma la cicatriz de la herida que le afectó el habla.

?Algo que debo agradecerle a Dios es el haber hecho deporte, ya que me enseñó tres cosas muy importantes: conocer, aceptar y encarar el dolor del esfuerzo, lo cual me ha ayudado mucho en la vida?, admitió el ex campeón centroamericano.

Durante dos meses Beatriz Pliego le ayuda a Guillermo a recuperar la coordinación de sus movimientos y el estiramiento de los músculos, pero su carácter es determinante para vencer las limitaciones de su estado físico. Dentro de este periodo Guillermo y Beatriz se enamoran, después de 11 meses de noviazgo contraen matrimonio, la relación se consagra con el nacimiento de sus hijos Andrés y Lorena.

Aunque es un hombre económicamente limitado, se siente millonario de recuerdos y experiencias. ?Me considero un imprudente optimista en esta vida, que para mí ha sido hermosa, con muchas alegrías y sinsabores?, reconoce Guillermo Echevarría. La enseñanza más valiosa que le dejó el deporte al ex olímpico mexicano, fue la disciplina, sin ella no se puede aspirar al triunfo. ?La experiencia del accidente fue ?un jalón de orejas? que Dios me dio, para decirme aquí estoy. Es una prueba a la que debo responder hablando de las bondades que he recibido de él?, manifiesta en un tono de arrepentimiento y agradecimiento a la vez.

Guillermo Echeverría no ganó medalla alguna en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 y México 1968, pero venció a la muerte y conquistó la otra medalla, la de la vida.

Los ?vergonzosos? lugares

A los 16 años de edad Guillermo Echevarría participó en la Olimpiada de Tokio 1964, meses antes de asistir a esta justa deportiva obtuvo un cuarto lugar en el Campeonato Nacional de Natación de los Estados Unidos.

?Fui a Tokio con la carga de ganar una medalla de oro. A un entrenador se le ocurrió que viajara dos o tres días antes de la competencia, pero olvidó la diferencia de horario, que si para un turista es terrible, en un deportista resulta letal, sin embargo, nadé lo mejor que pude, por una décima de segundo no pasé a finales y la prensa informó que obtuve un ?vergonzoso? noveno lugar?.

A los 20 años de edad Guillermo rompió el récord mundial de 1,500 metros libres en Santa Clara, California, el siete de julio de 1968, y hasta la fecha es el único mexicano que ha logrado esta hazaña.

Pero como no hay ser humano que pueda seguir con un máximo de condición física, vino la curva descendente por cansancio y junto con ella llegó la Olimpiada de México 1968.

El entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz asiste por primera vez a la Alberca Olímpica Francisco Márquez, seguro de que va a colgarle la medalla de oro a Guillermo Echevarría.

Un oficial del Estado Mayor Presidencial recibe la encomienda de llevar una tarjeta personal del ex mandatario, dirigida a Guillermo, en la cual consigna de puño y letra: Memo, vengo a premiarte, échale ganas.

?Cuando llegué a la alberca olímpica me dirigí al banco de salida y levanté la vista hacia las gradas, en donde estaba el presidente Díaz Ordaz, pero yo estaba muy preocupado, la realidad era que estaba tronado y en medio de chiflidos y mentadas de madre terminé en un ?vergonzoso? sexto lugar?, comenta con un tono de tristeza.

Guillermo Echevarría tiene la gran satisfacción de que por su esfuerzo y coraje representó a México con dignidad, y en varias ocasiones vio izar nuestra bandera en lo más alto y escuchó el himno nacional al subir al podium de los ganadores.

Datos personales

Nombre: Guillermo Echevarría Pérez.

Fecha de nacimiento: 13 de mayo de 1948.

Lugar de nacimiento: México, D. F.

Nombre de sus padres: Manuel Echevarría Morales y Sara Pérez viuda de Echevarría.

Distinciones obtenidas en su carrera: Único récord mundial de un mexicano en natación, Miembro del Salón de la Fama de México y Miembro Permanente del Comité Olímpico Mexicano.

Preseas récord: En los IX Juegos Centroamericanos de San Juan Puerto Rico, en abril de 1966, obtuvo diez medallas, ocho de oro, una de plata y una de bronce.

Campeonatos conquistados: Campeón Mundial de 1500 metros libres en julio de 1968 en Santa Clara, California, Campeón Nacional en 400 y 200 metros de 1964 a 1968.

Primeros lugares internacionales: en 200, 400 y 1500 metros libres en julio de 1967 en Ámsterdan, Holanda; en 400 metros libres en junio de 1967 en Budapest, Hungría; en 1,500 y 400 metros libres, en 400 metros combinado individual y 200 metros dorso en junio de 1967 en Praga, Checoslovaquia.

Juegos Olímpicos participados: Tokio 1964, noveno lugar en 1500 metros libres; México 1968, sexto lugar en la misma prueba.

Maratones nadados: primer lugar en el Maratón Internacional de Guaymas, Sonora, en mayo de 1971; segundo lugar en el Campeonato Mundial de 39 kilómetros en julio de 1971 en Capri Nápoles, Italia.

Leer más de Deportes

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Deportes

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 207376

elsiglo.mx