El presidente George W. Bush está en crisis existencial. El Grupo de Estudio sobre Irak, un panel bipartidista de diez expertos en asuntos legislativos, militares, legales y diplomáticos, acaba de ponerle un cero de calificación a la ocupación de Irak y de emitir 79 recomendaciones, dirigidas al presidente, para preparar la salida de las tropas estadounidenses del país árabe.
Lejos, muy lejos está aquel ?glorioso? primero de mayo de 2003 en el que W, como lo llaman varios columnistas estadounidenses, tripuló un avión de combate Viking y aterrizó en el portaaviones Abraham Lincoln, en las costas de California, para declararle de forma castrense y dramática a su país y al mundo que Estados Unidos había cumplido la misión de liberar a Irak.
Hoy el panel bipartidista contradice a W al advertir que ?la situación en Irak es grave y se deteriora?. Por ello, el panel tambiÉn recomienda un ?cambio de estrategia y rumbo? al presidente, que incluye reactivar el diálogo por la paz en Oriente Medio a nivel presidencial. Peor aún, el reporte encara a Bush con dos de sus peores pesadillas: considerar el retiro gradual de las brigadas de combate estadounidense de Irak y entablar un diálogo y negociaciones con Siria e Irán, el otrora país al que W califica como miembro del ?eje del mal?.
Dados los resultados de las elecciones legislativas de noviembre pasado, que terminaron con doce años de dominio republicano en el Congreso, las 160 cuartillas del reporte bipartidista representan, junto a la salida de Donald Rumsfeld de la Secretaría de la Defensa, el epílogo de la Presidencia imperial de Bush y del fracaso político, diplomático, militar y electoral republicano.
Las consecuencias de esta publicación son tambiÉn el inicio del marco en el que se conducirá la contienda presidencial de 2008. La difusión masiva del reporte, que tuvo hasta 400 mil descargas por Internet en un día según el New York Times, será la guía más fiel y simplificada para que los electores decidan su voto 2008 luego de medir el cumplimiento de las 79 recomendaciones y el avance o deterioro de la situación en Irak.
Por ello la fecha sugerida para un retiro significativo de las tropas, en el primer trimestre de 2008, no parece ser una sugerencia que obedezca a un concienzudo análisis de estrategias militares, sino que despide un olor a cálculo electoral.
Para marzo de ese año, Estados Unidos estará a pocos meses de acudir a las urnas a elegir a un nuevo o nueva presidenta y a renovar un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara Baja. Sin duda, el reporte marcará la pauta de los debates electorales y de la decisión de los millones de estadounidenses que hoy están en abierto desacuerdo con la ocupación iraquí.
En el interés electoral de republicanos y demócratas por igual está el que para 2008, las cadenas de noticias internacionales no transmitan informes de más muertes de soldados estadounidenses, ni que continúen reportando cuántos miles de millones de dólares de los contribuyentes están costando anualmente los errores estratégicos y la venganza bélica de W.
Pobre Irak y pobre Oriente Medio. Pese a que algunas de las recomendaciones del panel podrían significar un verdadero alivio para la crisis política y humanitaria que se vive en el Oriente Medio, las 79 sugerencias llegan tarde y no huelen a una preocupación legítima por los iraquíes, palestinos y judíos, sino a un hipócrita control de daños electoral para Hillary, McCain, Obama, Giuliani y demás suspirantes presidenciales...
Profesor del ITAM
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