EL UNIVERSAL-AEE
MÉXICO, DF.- La cruz ha perdurado en la cristiandad como símbolo venerado, pero además tiene un significado mágico y esotérico que cuenta con miles de años de antigüedad.
La trascendencia de la representación tal vez se deba, en primer lugar, a que esta palabra proviene de ?cruzamiento?, y precisamente se refiere a los elementos donde se origina la vida. Así es como se ha creado todo lo existente, desde el macrocosmos (Universo) hasta el microcosmos (hombre).
Todo lo creado existe gracias al ?cruzamiento? o mezcla de los elementos y de dos fuerzas; la positiva y la negativa. Para que pueda nacer un ser humano es necesaria la unión de un hombre que representa la fuerza positiva, y de la mujer, la fuerza negativa.
Casi todas las civilizaciones, desde los aztecas hasta los hindúes, pasando por los mayas o los cristianos, tenían la cruz en sus distintas formas como elemento primordial de sus doctrinas. La cruz, en sus variadas formas, aparece en muchos monumentos religiosos de prácticamente todas las grandes culturas.
Recientemente fueron hallados en el sitio de Troya, antiguos discos de barro cocido marcados con la cruz. Dos objetos parecidos fueron encontrados en Herculano. Los aztecas del México antiguo esculpían la cruz en amuletos, alfarería y paredes del templo.
Se ha descubierto también el uso de la cruz por parte de los indios de Estados Unidos. Los budistas del Tibet ven en la cruz la huella del pie de Buda. Los mongoles dibujan una cruz en un papel y lo colocan sobre el pecho de los difuntos. Las inscripciones egipcias a menudo tienen la cruz T (tau).
Al hablar de la cruz no debemos olvidarnos del Caduceo de Mercurio, el cual es una representación y monograma de su nombre. Y aunque los romanos le llamaban Mercurio, anteriormente los griegos le decían Hermes, y los egipcios le denominaban Thor. Este era el heraldo de los dioses y en muchas ocasiones aparece como servidor de los mortales.
AMULETO Y TALISMÁN
La cruz como símbolo cristiano comenzó a generalizarse a partir del Edicto de Milán (313). Los cristianos antiguos estaban familiarizados con la cruz, en particular los de Occidente: Roma, Grecia, etcétera, pues la cruz en sus diversas manifestaciones era de uso general como talismán o amuleto de salud y buena suerte, y muchos la llevaban colgada al cuello o en sellos, medallas, camafeos y en tumbas.
Entre otras cosas, El Catecismo de la Doctrina Cristiana del P. Astete, dice que: ?Nos hemos de santiguar siempre que comencemos alguna obra buena o nos viéramos en alguna necesidad, tentación o peligro, y principalmente al levantarnos de la cama, al salir de casa, al entrar en la iglesia, al comer y al dormir?.
Cualquier católico sabe que la misa se inicia con la señal de la cruz, tanto por el oficiante como por los asistentes. Y al terminar, el cura despide a los fieles y les imparte la bendición haciendo la señal de la cruz.
En muchas de las religiones antiguas predominaba la adoración a los dioses y diosas de la naturaleza y a los poderes de la fertilidad, tanto masculinos como femeninos. Aún hoy en día existen cultos fálicos en países orientales con la salvedad que para ellos tiene un significado altamente espiritual y filosófico, de ninguna manera lo consideran obsceno.
Muchos autores afirman que la cruz en su forma arcaica, como tau o cruz egipcia (ansada), era el símbolo, no fálico sino sexual, como productor de la vida.
Aceptando que la cruz ansada o cruz con asa era símbolo del órgano generador masculino y del órgano generador femenino, nada más apropiado para representar la fertilidad y la vida. Por esta razón a la cruz ansada se le llama la llave de la vida.
Igualmente lo era de griegos y romanos, los cuales también rendían culto a la naturaleza o fertilidad. A Baco, dios romano, solían representarle con una cinta en la cabeza con varias cruces. Los griegos vinculaban la cruz con Afrodita, que era la diosa del amor sexual.
INRI Y LOS CUATRO ELEMENTOS
En no pocas ocasiones se encuentra en la cabeza de los crucifijos la sigla INRI, abreviatura de la inscripción que Poncio Pilato hizo grabar y colocar en lo alto de la cruz de Jesucristo, tal como se registra en el Evangelio de San Juan 19:19: ?Jesús Nazareno Rey de los Judíos?, y que en el idioma romano es ?Iesus, Nazarenus, Rex, Ludaeorum?. De aquí la abreviatura INRI.
Esto es lo que en principio significa para el profano, pero su significado más profundo es, en realidad, otro.
Sabemos que los hechos sucedieron en la nación judía y entre los judíos. Sin embargo, las letras INRI en el idioma hebreo corresponden a las iniciales Iam (Agua), Nur (Fuego), Rua (Aire) y Iabeshad (Tierra).
Esta interpretación corresponde a lo anteriormente expresado sobre la combinación o cruzamiento de los cuatro elementos: Agua, Fuego, Aire y Tierra, con el que se produce el milagro de la vida.
Aún se ignora cómo era la cruz donde Cristo murió
Es imposible saber con precisión cómo era la cruz en la que murió Jesús, el único testigo que parece válido es el de San Juan, quien en su Evangelio relata que mientras Jesús estaba clavado y suspendido en el instrumento de tortura y muerte, miró hacia abajo y vio ?al discípulo que amaba?, ése era el apóstol San Juan.
-Aunque los evangelistas son cuatro, el único que atestigua haber presenciado la crucifixión es San Juan. En su relato sólo dice que Jesús cargó con la cruz y que en ella fue crucificado.
-De los datos históricos obtenidos sí se pueden sacar algunas conclusiones, como la de que en aquella época las crucifixiones se realizaban con las siguientes estructuras X, Y y T, ésta en muchos casos con una pequeña prolongación arriba.
-Otra de las conclusiones a las que se llega es que las cruces utilizadas en esas crucifixiones masivas no podrían ser tan sofisticadas como han sido representadas por los grandes pintores, con gruesos maderos bien encuadrados y cepillados, con encajaduras para las piezas transversales, con otra pieza para apoyar los pies o para sentarse y con gruesos y largos clavos.
-Todo eso no parece lógico por los gastos que supondrían una cruz de ese tipo y teniendo en cuenta que las crucifixiones eran masivas.
-Existe mucha documentación para afirmar que durante los tres primeros siglos los cristianos no tuvieron representaciones de la cruz latina y menos que la consideraran símbolo de ellos.
FUENTE: El Universal-AEE