EFE
LA HAYA, HOLANDA.- El consejero jurídico del ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic y su familia, Zdenko Tomanovic, dijo en una rueda de prensa en La Haya que Milosevic había escrito el pasado viernes una carta a la embajada de Rusia en Holanda en la que pedía ayuda y aseveraba que estaba siendo envenenado en la prisión.
Según Tomanovic, en la carta manuscrita de cuatro folios Milosevic mencionaba que en unos análisis realizados el pasado 12 de enero en un laboratorio holandés se habían encontrado en su sangre rastros de medicamentos para la lepra y la tuberculosis, enfermedades que no padecía y para las que nunca se había medicado.
La televisión pública holandesa, NOS, citó ayer a una fuente anónima del TPIY según la cual médicos holandeses habían encontrado en la sangre de Milosevic esa sustancia, que neutraliza la medicación para controlar la hipertensión que tomaba, pero la información no pudo ser confirmada oficialmente.
Mientras tanto, el portavoz del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) Christian Chartier, informó que Milosevic murió de un infarto, según resultados preliminares de la autopsia que le fue practicada ayer, informó.
?Esta es la conclusión preliminar de la autopsia?, aseguró Chartier y añadió que aún hay que esperar los resultados del exhaustivo examen toxicológico encargado por el TPIY, en los próximos días.
Un equipo de médicos forenses holandeses llevó a cabo ayer por la tarde la autopsia para determinar las causas de la muerte de Milosevic, en presencia de patólogos serbios.
Milosevic, que estaba siendo juzgado desde febrero de 2002 por el TPIY por genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad en Bosnia, Croacia y Kosovo, fue hallado muerto el sábado en su celda en las dependencias del TPIY en Scheveningen (La Haya).
El ex dirigente yugoslavo, de 64 años, sufría de hipertensión crónica y de problemas cardiacos que obligaron a suspender su juicio en más de veinte ocasiones en los últimos cuatro años.
Los fiscales del TPIY acusaron en más de una ocasión a Milosevic de no tomar su medicación para entorpecer la marcha del proceso.
El TPIY había rechazado una petición de la familia de Milosevic para que la autopsia se realizara en Moscú, aunque aceptó la presencia de un patólogo ruso, que al final no llegó a tiempo, según Chartier.
La familia de Milosevic responsabilizó al TPIY de su muerte por no permitirle viajar en febrero pasado a Moscú para recibir tratamiento.