El Universal-AEE
MADRID, ESPAÑA.- El 17 de septiembre del año 2004 la cantante Rocío Jurado, además de ofrecer una conferencia de prensa en su casa de la Moraleja para anunciar que padecía cáncer de páncreas, también escribió su testamento.
El domingo pasado, a las once de la mañana y apenas un día después de que el que fuera su segundo esposo, el torero José Ortega Cano, regresara de Miami donde le hicieron un homenaje a la cantante, la abogada de la fallecida les reunió para leer el documento.
Según la ley española, los bienes de un fallecido se dividen en tres: un tercio es para sus hijos: en el caso de la cantante son Rocío y los dos adoptados José Fernando y Gloria Camila; otro tercio es ?de mejora? para beneficiar a alguno de ellos (en este caso a Rocío); y el último es de ?libre disposición?, para distribuir entre familiares y amigos.
La cantante decidió que la heredera universal fuera su hija mayor y única hija biológica, Rocío Carrasco, a quien deja los derechos de todas sus canciones, un apartamento en Miami, la mitad de otro apartamento en la misma ciudad que compró con José Ortega Cano, la finca El Administrador que la cantante compró de soltera y que está situada entre Chipiona y Rota, y de la que salen los vinos que comercializaba) así como la ropa, las joyas, los muebles, las pieles, y un tercio de la casa en la que vivía en el lujoso fraccionamiento de la Moraleja.
Sus otros dos hijos adoptados recibirán los otros dos tercios de la casa de la Moraleja, aunque será el padre de los niños el administrador legal de los bienes, hasta que éstos cumplan la mayoría de edad. Además, la casa se deberá vender antes de un año y ninguno de ellos la podrá comprar. Probablemente la artista pensó que tras morir en su casa, en su habitación y en su cama, como pidió, lo mejor sería que luego nadie de la familia se quedara con la vivienda.
Ortega Cano se quedará con la ganadería de la finca la Yerbabuena que el torero compró. Mientras que para su hermana Gloria será la casa de Chipiona, que bautizó como ?Mi abuela Roció? en honor a su abuela. Un chalet donde la cantante se refugiaba durante los veranos siempre rodeada de sus hermanos, de su madre y de su abuela Rocío.
Para su hermano y representante Amador queda una nave industrial en Madrid; y tanto para Gloria como para Amador la finca Los Naranjos.
Además, el hijo de Amador, Fernando, ahijado de la fallecida recibirá otra nave industrial. Por último, el que fue su secretario personal y amigo, Juan de la Rosa, disfrutará de un penthouse en Chipiona en el que vive (que pertenecía a Rocío Jurado) y algunas joyas.