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Revienta cárcel de Cuencamé

Rafael Ibarra Camacho

FUGA | HACE UNOS DÍAS, CUATRO REOS SE ESCAPARON DE LA PRISIÓN

EL SIGLO DE TORREÓN

Actualmente, 13 reos viven hacinados en un espacio para cinco personas.

CUENCAMÉ, DGO.- La madrugada del miércoles cuatro de octubre cuatro reos escaparon de la cárcel municipal. Ese día había 17 internos y sólo cinco dormían en cama, porque sólo había cinco camas. El resto ?descansaba? en el suelo, unos debajo de las camas y otros en el pasillo que mide metro y medio de ancho por diez de largo.

Los cuatro que se escaparon estaban recostados en el pasillo. Forzaron la ventana del baño para salir al patio, treparon por la pared y forzaron un barrote de la reja sobre el patio. Subieron al techo de la Presidencia Municipal y salieron campantes por el centro de Cuencamé.

Los cuatro reos escaparon de una cárcel que sólo puede albergar a cinco personas que entran ahí por faltas menores, pero que antes del cuatro de octubre alojaba a 17 personas, algunas de las cuales tenían más de un año.

Para dos de los reos la fuga era urgente, estaban hartos de estar ahí, pero también era innecesaria. Lorenzo Rétiz González, alias ?El Kawaghi?, detenido por allanamiento de morada, no lo sabía, pero iba a salir libre el día de la fuga, Gabriel González Lares, alias ?El Tacubayo?, iba a recuperar su libertad esa misma semana luego de tres meses, tras ser acusado de robar 700 pesos.

Rogelio López Hernández, en cambio, no sabía cuánto tiempo le quedaba luego de ser detenido por el robo de una bicicleta, unos tenis y una radiograbadora.

Salomé Galindo Barrientos era el único considerado peligroso: era procesado por el delito de homicidio, y había llegado a la cárcel de Cuencamé desde hace un año, cuando fue trasladado del Cereso de Durango.

EN EL CENTRO

La cárcel se ubica en el centro de Cuencamé. Vecinos y autoridades coinciden en que es necesario construir o rentar un nuevo inmueble para mejorar las medidas de seguridad y las condiciones de vida de estas personas que están hacinadas en espacios muy reducidos.

Los vecinos manifiestan temor porque la fuga del cuatro de octubre es sólo uno de los varios intentos que se han registrado.

En julio, otro prisionero alcanzó a salir, sólo que fue detenido en el patio de una vivienda aledaña.

Hace poco más de un mes falleció Salvador Monreal, un detenido que era hipertenso, y desde esa fecha el Municipio ya no acepta más reos. Para desahogar la cárcel, rentó una vivienda en la calle Galeana para trasladar a tres reos cuyo estado de salud también es de riesgo. (Ver recuadro.)

Desde hace 20 años, la cárcel está ubicada a un costado de la Presidencia Municipal, frente a la plaza. La familia Artea Sánchez tiene su domicilio en el otro costado de la Presidencia y su vivienda colinda con la prisión, por eso en varias ocasiones los internos que intentan fugarse utilizan esta casa como ruta de escape.

Esta familia ha tratado de llamar la atención del Gobierno del Estado de Durango para que construya una prisión fuera de la cabecera municipal, para darle seguridad a los vecinos. Miembros de esta familia presentaron copias de los oficios que le han enviado al alcalde Pablo Carrillo Montalvo, al procurador del estado, Jesús Gutiérrez Vargas y al secretario de Seguridad Pública del estado, Apolonio Betancourt Ruiz.

Los documentos relatan que en febrero de 2001 a las seis de la mañana, un reo se fugó haciendo un hoyo en la pared que colinda con el baño de su vivienda, para después salir corriendo por la puerta principal. Otro incidente se registró el diez de julio de este año, cuando un preso se salió por la azotea de la Presidencia y saltó hacia el patio de esta vivienda, sólo que alcanzaron a pedir auxilio y los policías preventivos detuvieron al sujeto.

Una de las mujeres de esta familia señaló que hace aproximadamente un mes y medio, sus hermanas escucharon ruido en el baño y acudieron a Seguridad Pública para alertar a los policías, quienes sorprendieron a un reo que estaba tratando de hacer un agujero en la pared.

HACINADOS

Actualmente en Cuencamé hay 16 reos bajo proceso, 13 están en esta prisión y tres en la casa que el Municipio rentó en la calle Galeana. En la cárcel sólo hay un baño y cinco celdas hechas para una persona, pero cada una es compartida por dos internos. Sólo uno duerme en la cama, el otro lo tiene que hacer debajo de este mueble. Otros tres detenidos se quedan en el pasillo. Al final del pasillo está el único baño.

La cárcel tiene un patio que mide 12 metros de largo por dos de fondo, este espacio sirve como taller de carpintería y área de tendederos, además ahí es donde los internos reciben a las visitas que en domingo llegan a ser hasta 20 personas. Desde la fuga el Municipio reforzó la reja que está en la parte superior del patio.

El síndico municipal, Adrián Sáenz Sánchez, reconoció que es necesario reubicar la prisión, incluso aseguró que ya hicieron la petición formal al Gobierno del Estado.

?Sabemos que es una demanda de los vecinos, pero aparte para los presos es una incomodidad, porque viven todos apretados, cometieron un delito y lo están pagando caro. En temporada de calor el clima es intolerable?, dijo el funcionario.

David Flores López, director de Seguridad Pública, también reconoció que la cárcel no tiene las instalaciones adecuadas, pues originalmente se creó para detener a personas que cometían alguna falta administrativa y debían estar presas durante algunas horas.

Flores López dijo que la reciente fuga y la muerte de un prisionero es clara muestra de que estas instalaciones no son las adecuadas. La persona que murió respondía al nombre de Salvador Monreal, estaba acusado de despojo junto con los otros tres ejidatarios del municipio de Simón Bolívar, que ahora están presos en la vivienda que rentó el Municipio a raíz del deceso de su compañero.

Salvador García Saláis, ex director de Seguridad Pública y actual asesor del Ayuntamiento, dijo que la Defensoría de Oficio está fallando en su trabajo, porque en la prisión hay reos por delitos menores que podrían recuperar su libertad con relativa facilidad.

Éste es el caso de Luis Carlos Vázquez Contreras, quien fue detenido junto con uno de los sujetos que se fugó. A ambos los acusaban del robo de 700 pesos. Vázquez tiene tres meses en la cárcel y no le han fijado fianza.

Manuel Hernández Rangel tiene un mes y una semana detenido acusado de insultar a una persona y hasta la fecha no lo ha visitado el defensor de oficio, ni sus familiares.

García Saláis dijo que, antes de la fuga, el Departamento Jurídico estaba contemplando la posibilidad de tomar la defensa de estas dos personas y de tres que se fugaron para ir desalojando la prisión.

Por su parte, Flores López recordó que hace algunos días los preventivos detuvieron a una mujer por una falta administrativa, pero tuvieron que dejarla en libertad porque no había un espacio para internarla.

?No hay espacio en la cárcel y aquí nos traían detenidos de Santa Clara, Peñón Blanco, Simón Bolívar y Nazas, ya es tiempo de buscar un local, una casa para acondicionar una cárcel?.

La otra prisión

Tras la muerte del ejidatario Salvador Monreal, que era procesado por el delito de despojo, la Presidencia Municipal de Cuencamé rentó una casa para trasladar a otros tres campesinos que son procesados por el mismo delito y que presentan problemas de salud.

En la casa custodiada por dos policías están recluidos Joel Román Villarreal, de 50 años de edad, José Reyes Landeros Guerra, de 79 años, y Jesús Reza Rocha, de 57 años, quien es hipertenso y dos veces al día es trasladado al Hospital General para que los médicos lo revisen.

El titular de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), David Flores López, aseguró que el Municipio gasta 15 mil pesos al mes del sostenimiento de esta prisión alterna, para pagar la renta, los sueldos de los agentes y para darles la despensa a estas personas.

Los tres reos llegaron ahí luego que las condiciones de la cárcel de Cuencamé hicieron imposible la vida para los detenidos con problemas de salud. Monreal murió hace más de un mes por hipertensión.

Román Villarreal explicó que están acusados injustamente de apoderarse de 40 hectáreas que, aseguró, les fueron otorgadas por un decreto en 1925 y que en 1971 permitió que se constituyera en ejido.

La fuga

Cuatro reos se fugaron de la cárcel de Cuencamé el 4 de octubre. Los primeros dos estaban a punto de salir libres.

NOMBRE DELITO

Gabriel González Lares, ?El Tacubayo? Robo de 700 pesos.

Lorenzo Retiz González, ?El Kawachi? Allanamiento de morada.

Rogelio López Hernández (de Fresnillo) Robo de una bicicleta, unos tenis y una grabadora.

Salomé Galindo Barrientos Homicidio. Llevaba un año en la cárcel de Cuencamé.

FUENTE: Dirección de Seguridad Pública Municipal de Cuencamé

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