Mañana concluye Ratzinger su visita por Alemania .
EFE
Ratisbona (Alemania).- El papa Benedicto XVI acompañado de su hermano, Georg, visitó hoy el cementerio de Ziegetzdorf, en Ratisbona, donde oró durante unos minutos ante la tumba en la que reposan los restos de sus padres y única hermana, María.
Fue uno de los momentos más íntimos y emotivos de su viaje de la memoria por su Baviera natal, que concluye mañana, jueves.
Arrodillado y teniendo a su lado a su hermano, de 82 años -que estuvo de pie y apoyado en un bastón- el Papa Ratzinger se recogió en oración durante un rato ante la tumba, cubierta de flores blancas y rosas rojas.
La tumba de los Ratzinger destaca en el cementerio por el color de la piedra. Es blanca y resalta entre las de alrededor, casi todas de color gris o negro.
La tumba es sencilla y a los lados de la cruz tallada en la piedra están escritos los nombres de Joseph Ratzinger padre, fallecido en 1959; la madre María, fallecida en 1963 y la hermana, también llamada María, fallecida en 1991.
El padre era gendarme y su madre cocinera. Según desveló un diario alemán en estos días, se conocieron gracias a un anuncio que puso el progenitor en un diario, en el que buscaba mujer religiosa, que supiera cocinar, entre otras cosas.
Se casaron a los pocos meses. El padre tenía 43 años y la madre 36. La pareja tuvo tres hijos, que crecieron en un ambiente muy religioso. Los dos varones fueron ordenados sacerdotes.
Tras rezar, el Papa bendijo con agua bendita la tumba, lo que repitió después su hermano.
Benedicto XVI y su hermano estuvieron acompañados del obispo de Ratisbona, Gerard Ludwig Muller, que se mantuvo en aquellos momentos íntimos en un segundo plano y después también bendijo la tumba.
Acompañado también de su secretario personal, Georg Gaenswein, y otros monseñores, el Papa visitó después la iglesia de San José, cercana al camposanto.
Numerosos vecinos de Ratisbona se concentraron a las puertas del cementerio y en las calles adyacentes para vitorear al Papa, quien no dudó en bajar del automóvil para saludar.
Benedicto XVI charló con los presentes durante cerca de veinte minutos y después se dirigió a su casa del Pentling, una barriada de Ratisbona, en la que vivió cuando enseñaba Dogmática en la Universidad de la ciudad bávara y en la que pensaba vivir una vez jubilado.
El por entonces cardenal Ratzinger presentó su renuncia a Juan Pablo II al frente del ex Santo Oficio cuando cumplió 75 años, pero el Papa Wojtyla le retuvo en el Vaticano y el pasado año, a su muerte, fue elegido en el primer cónclave del tercer milenio su sucesor.
El pasado día 9, a su llegada a Munich, dijo a sus compatriotas que es dócil a Dios como un "animal de carga" con su dueño y que aunque le hubiera gustado volver a su tierra, "el Patrón", como llamó a Dios, "ha decidido de otra manera".
La casa está alquilada a una familia, pero hoy albergó al Papa, quien cenará allí con su hermano y transcurrirá en ella las últimas horas del día, hasta que se traslade al Seminario Mayor de Ratisbona, donde se aloja.
Antes de visitar el cementerio, el Papa comió con su hermano en la casa que éste tiene en Ratisbona, donde vive.
La jornada de hoy tuvo un marcado carácter familiar y privado. El único momento público fue la bendición del nuevo órgano de la basílica de Alte Kapelle, donde el Papa resaltó el papel de la música sacra en la liturgia y dijo que no es sólo algo que embellece una ceremonia religiosa, sino un modo importante de participación activa en la misma.
"En la constitución sobre la Sagrada Liturgia del Concilio Vaticano II se pone de manifiesto que el canto sacro, unido a la palabra es parte necesaria e integrante de la solemne Liturgia. Ello significa que la música y el canto son algo más que el embellecimiento del culto, forman parte de la Liturgia", afirmó el Papa Ratzinger, un entendido y amante de la música clásica.
Mañana, último día del viaje, el Papa se trasladará a Freising, a unos 50 kilómetros de Munich, en cuya catedral se reunirá con los sacerdotes y clero de la diócesis.
Concluido el acto, se dirigirá al aeropuerto de Munich, donde emprenderá viaje de regreso a Roma.
