El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- En ciudades como Tampico y Monterrey el público no respondió cómo se esperaba, sin embargo aquí en Torreón la gente rió hasta el cansancio con la obra Virgen... Pero no Tanto, incluso varios de los asistentes coincidieron en que ?es una obra muy bonita, muy sana. Quedó demostrado que no se necesita que las muchachas anden tan escotadas ni que digan vulgaridades para divertir?.
Y es que al igual que la pareja conformada por los señores Saúl Govea y Lidia Guerrero, el resto de la gente que acudió el sábado por la noche al Teatro Isauro Martínez, quedó encantada con la simpatía de Carlos Ignacio, con la experiencia de Mariana Karr, con la galanura de Juan Ferrara, la entrega de Lorena San Martín y hasta con la frescura de la polémica ex académica, Jolette.
Lamentablemente, el ausentismo que ha habido en las últimas obras presentadas en la región, continuó en esta puesta; ya que en ambas funciones (19:00 y 21:30 horas) el teatro lució apenas a la mitad de su capacidad, ?sí es una pena que no haya venido mucha gente, porque se la habrían pasado muy bien?, agregó Lidia Guerrero.
Por su parte, la señora Consuelo González, dijo todavía emocionada, que el montaje dirigido por José Elías Moreno y producido por Rubén Lara, ?está muy bueno y todos actuaron muy bien... Jolette, para como hablan de ella, se vio muy natural, nada fingida... yo la recomendaría porque te saca de tus pensamientos y te metes en la obra totalmente, incluso estaba nada más al pendiente de lo que iba a pasar?.
Virgen... Pero no Tanto, que inició su gira en la ciudad de Monterrey en días pasados, es una comedia ligera amena y divertida, escrita por el argentino Abel Santacruz. La historia se desarrolla en el lujoso departamento de Rafael (Ferrara), un hombre soltero que tiene delirio por las mujeres casadas porque de esa manera nadie lo podrá presionar para casarse. Su vida transcurre tranquilamente hasta que llega a su departamento Mercedes, ?Michi? (Jolette), una jovencita provinciana de 22 años, hija de un amigo suyo, ya fallecido, que llega a quedarse con él con la ilusión de conocer los atractivos de la capital.
Carlos Ignacio encantó con su papel del mayordomo; incluso había momentos en el que ni Juan Ferrara podía contener la risa con sus ocurrencias. Y qué decir del hijo de Ofelia Guilmain, él cautivó con su sola presencia.
Jolette se desenvolvió bien en el escenario pese a su corta experiencia como actriz; además dejó boquiabierto a más de uno debido a su belleza.
