Cuando le faltan dos juegos a México para finalizar la segunda ronda del Clásico Mundial de Beisbol, el equipo de ?Paquín? Estrada ya ha demostrado estar a la altura de los mejores países del planeta. El staff de pitcheo ha respondido a la altura de las circunstancias y ante equipos plagados de cañoneros de calidad reconocida, hoy muestra un 2.33 de promedio de efectividad.
Rodrigo López ha cargado con dos derrotas en sus aperturas, pero el análisis arroja una pobre producción de la ofensiva, en donde Jorge Cantú, Vinicio Castilla y Erubiel Durazo no alcanzan el nivel que los tiene convertidos en peloteros establecidos en ligas mayores. Esteban Loaiza brilló como un sol en su apertura frente a Canadá y respondió a la confianza, para dar a México el boleto a la segunda fase como líder del Grupo B.
Jorge Cantú tuvo en 2005 la mejor temporada de su corta trayectoria en ligas mayores, el de Reynosa, Tamaulipas, fue el mejor en cuadrangulares y carreras producidas con las Mantarrayas de Tampa Bay, el peor equipo de las grandes ligas. Cantú recibió el Premio Nacional del Deporte y anticipadamente se le colgó la etiqueta de figura, junto a Vinicio Castilla, Erubiel Durazo, Rodrigo López y Esteban Loaiza.
Hoy se puede decir que México cayó por escaso margen frente a Estados Unidos y Corea del Sur, pero finalmente se habla de derrotas, la de 2 a 1 ante los asiáticos obliga al equipo a ganar esta noche a Japón y repetir el jueves sobre Estados Unidos. Lo que sí es una realidad es que el verdadero nivel del beisbol mexicano se ha visto en el presente Clásico Mundial de Beisbol, y eso lo ubica en la élite del Rey de los Deportes.
Antes del Clásico se habló de refuerzos como Nomar Garciaparra, Horacio Ramírez, Éric Chávez y Rod Barajas, todos de ascendencia mexicana, pero quizá conozcan nuestro país cuando han ido de vacaciones a Cancún, como lo dijo claramente Osvaldo ?Ozzie? Guillén, actual manager campeón de la Serie Mundial de Beisbol. Por diferentes circunstancias ninguno de estos peloteros forma parte del plantel, por lo que la competencia viene a ser un auténtico parámetro de lo que hoy es el beisbol mexicano al 100 por ciento.
Llama la atención saber que los peloteros mexicanos que participan en el Mundial de Beisbol no van a recibir ni un solo peso por su actuación; la Federación Internacional de Beisbol y las ligas mayores van a entregar un premio en efectivo, el cual varía de acuerdo a la posición final, pero ese recurso se va a entregar íntegro a la Federación Mexicana de Beisbol, que lo aplicará a la promoción del beisbol, en sus categorías infantiles y juveniles. Quienes integran la selección nacional del deporte de las patadas son incapaces siquiera de viajar a un torneo internacional si no hay un arreglo previo en cuanto a las primas que solicitan.
Cada uno de los integrantes de la selección mexicana de beisbol sabe que en donde se obtienen los ingresos importantes es en las ligas mayores y mientras ahí se mantengan van a aprovechar la situación para asegurar su futuro. Karim García no está en grandes ligas pero gana muy buen dinero en Japón, mientras que Luis Carlos García, Luis Alfonso García, Luis Alfonso Cruz, Francisco Campos y Pablo Ortega no están en el mejor beisbol del mundo, pero sí son estelares de la pelota mexicana que con todo van a buscar mantenerse en la pelea hoy frente a Japón y el jueves contra Estados Unidos.
Y en Vaqueros Laguna se anuncia a Jesús Gómez en las relaciones públicas, lo que habla de una buena intención de la directiva por acercarse a los medios de comunicación, que ojalá dé buenos resultados, porque ese aspecto se había descuidado por completo en 2006. Ayer se avisó que Eddy Díaz y José Mercedes ya estaban en Torreón y tomarían parte en la práctica en el Estadio de la Revolución, pero ninguno de los refuerzos dominicanos, sin que algún directivo diera una explicación. La intención era tener las impresiones de estos nuevos refuerzos, pero por lo anterior no fue posible.
Hoy la noticia esperada es sobre el abridor mexicano que vendrá de los Sultanes de Monterrey para reforzar un departamento que en los últimos años ha dado tumbos y requiere de una inyección de lanzadores verdaderamente estelares, como Julio César Parra.
