Si la segunda vuelta de Vaqueros Laguna dejó grandes cosas a la organización y sobre todo, a sus seguidores, las últimas decisiones deberán aportar bases sólidas que permitan mantener la ruta hacia el éxito. La llegada de Ray Padilla como gerente deportivo, permite tener un panorama claro en busca de obtener los refuerzos mexicanos y extranjeros de verdadera calidad que se requieren.
El segundo punto importante es el anuncio de que no volverán a estar juntos los norteamericanos Demond Smith y Darrell Sherman, lo que habla de un deseo de optimizar al refuerzo extranjero, independientemente del número que por equipo apruebe la asamblea de la Liga Mexicana de Beisbol.
En el arranque de la temporada anterior las cosas no pintaban bien para Vaqueros Laguna, la decisión de dar el timón a Fernando Elizondo no fue la más adecuada y cuando vino su renuncia, como emergente entró Orlando Sánchez, que si bien es cierto, tomó algunas decisiones un tanto ilógicas, al final de la temporada el boricua entregó cuentas positivas que hoy lo tienen como la primera opción para dirigir la nave en 2007.
Las personas encargadas de analizar la situación deberán tener claro el panorama en busca de un equipo competitivo, no sólo que llegue al play off, sino que lo haga con verdaderas posibilidades de éxito. De acuerdo a lo que se vio en la segunda vuelta, a Vaqueros Laguna le hacen falta dos abridores de categoría, de preferencia mexicanos; un cuarto bat y un receptor joven pero ya con experiencia. Aquí habrá que esperar la decisión en cuanto al número de extranjeros por equipo, con posibilidades de que se permitan cinco en cada novena.
Hoy es halagador acudir al Estadio de la Revolución y observar a 16 jóvenes de primera firma, cuyo objetivo es convertirse en profesionales, el grupo vive en ese inmueble, en donde también reciben sus tres alimentos y es interesante ver las prácticas de bateo, el trabajo defensivo en el cuadro y los jardines, el tiro desde el outfield, así como la labor de los infielders y receptores, sin descuidar a los lanzadores, que a pesar de su gran juventud, rondan las 90 millas de velocidad.
La franquicia de los Indios de Ciudad Juárez llegó en 1985 y nunca antes se realizó un trabajo de este tipo, lo más cercano fue en las dos temporadas de la Liga Invernal del Norte, en la era de Javier Cavazos Gómez, cuando incluso se daba de comer a los equipos visitantes, por acuerdo de la asamblea. Lamentablemente esa liga sólo funcionó dos años, porque sus frutos hoy son tangibles, al mencionar, entre otros, los nombres de Lorenzo Buelna, Baudel Zambrano y Pedro Díaz, el primer campeón bateador de ese circuito.
Un leve esfuerzo se dio cuando los Algodoneros de Unión Laguna incursionaron en la Liga Mayor de La Laguna, con resultados importantes, ya que ahí se dieron a conocer peloteros como Juan de Dios Ruiz, Gilberto ?Yanga? González y Ricardo Rincón, vendido a los Diablos Rojos del México, quienes posteriormente le sacaron jugo, al negociar su contrato con los Piratas de Pittsburgh.
Quizá lo más complicado para una organización, sea construir poco a poco su propia base de buenos peloteros mexicanos, sin que esto represente que en la temporada de Liga Mexicana se tenga un equipo sin aspiraciones. Si los buenos resultados no se dan en el beisbol profesional, la asistencia a los estadios será mínima, para dar así pie a los fuertes problemas económicos que hoy tienen equipos como Olmecas de Tabasco, Tuneros de San Luis, Piratas de Campeche, Acereros del Norte, Potros de Tijuana, Rieleros de Aguascalientes, Cafeteros de Córdoba, e incluso los campeones Leones de Yucatán.
El panorama, entonces, luce interesante para Vaqueros Laguna, la organización ya puso en marcha el proyecto que tiene como objetivo principal, construir su propia base de peloteros mexicanos, mientras que en cuanto a la Liga Mexicana, en la segunda vuelta de la campaña anterior se dieron pasos agigantados hacia la formación de un equipo que verdaderamente sea aspirante. Los jóvenes más destacados de primera firma, estarán este mismo año en la Academia de El Carmen, posteriormente vendrá la incorporación a la Liga del Noroeste, en donde la organización naranja trabajará en forma conjunta con los Leones de Yucatán, en el equipo de Tecuala, Nayarit.
El robo que se sufrió en el caso de Abel Martínez fue un gran perjuicio para la organización, que tuvo que acudir a un tercera base extranjero, hoy esa situación debe tomarse como uno más de los obstáculos que se han presentado desde 1985. La idea es clara, llegar al play off y ser ahí un equipo competitivo. Vaya reto tan interesante que se presenta para Ray Padilla.