El Siglo de Durango
La Catedral Basílica Menor recibió la visita de cientos de familias que se dieron cita en el lugar para llevarle ofrendas a San Jorge en el transcurso del día de ayer; este personaje ha sido adoptado como patrono de la ciudad y es al mismo que los duranguenses piden protección ante las picaduras de animales ponzoñosos, sobre todo en esta época del año.
En la banqueta del templo se hallaron instalados diferentes comerciantes que ofertaban escapularios, medallitas de San Jorge, libros de oraciones dirigidas al santo, flores, además de comida en diferentes puestos que fueron instalados en el interior del lugar.
De igual manera, un camión refresquero estacionado en el interior de la iglesia, equipado con bocinas que emitían algunos éxitos bailables, trataban de animar a los asistentes para que adquirieran algunos de los productos en los puestos que se instalaron en el lugar.
Esto forma parte de una tradición que los duranguenses han pasado de generación en generación, y por la fama que tiene el estado referente a que existe gran cantidad de alacranes, es la razón en que los creyentes se dan cita para pedir por el bienestar de sus hijos, para no ser picados por ningún animal ponzoñoso.
A decir de la mayoría de los asistentes, la visita que realizan año con año a esta iglesia es con el único motivo de llevarle una ofrenda a San Jorge y pedir que mantenga a los animales alejados de sus seres queridos, esto como parte de una tradición que les inculcaron en el seno familiar y que ahora reviven al acompañarse de sus hijos, como lo hicieron sus padres con ellos, aseguraron algunos de los visitantes.
A la entrada de la iglesia se escuchaba la voz de una mujer que decía: ?librito de oraciones para que le rece a San José... medallitas?, al igual que alrededor de todas las entradas se encontraban niños ofertando arreglos florales acompañados de una vela, que de igual manera servía de ofrenda para el santo.
Algunos ?scouts? estuvieron ayudando con el flujo de gente que asistió al lugar, ya que la iglesia tuvo que ser dividida para poder recibir tanto a quienes sólo iban a visitar a San Jorge como a los asistentes a misa, y los jóvenes fueron los encargados de mantener el orden en el lugar indicando la salida y la entrada respecto del sentido en que se debería dar la circulación para no entorpecer el tráfico peatonal debido a la numerosa asistencia que se dio en el lugar.
Aproximadamente a las 12:00 horas se encontró con una asistencia marcada, pero se indicó por parte de quienes se encontraban en el lugar (participantes del festejo) que por la tarde, como ya es costumbre, esperaban mayor afluencia, ya que la fila se prolonga por toda la cuadra de la iglesia en espera de poder brindar algún presente al patrono; incluso, se cierran las calles para brindar seguridad a los asistentes.
A decir de los comerciantes de los puestos de comida como enchiladas, perros calientes, tamales, atole, entre otros alimentos, es una época buena respecto de la venta porque el comer en ese lugar también forma parte de la costumbre de ese día.
En el lugar se pudieron apreciar familias completas, sobre todo niños que eran acompañados por sus padres o sus abuelos, que mostraban inquietud y asombro por parte de este festejo, y que de la misma manera exigían que se les brindara un ramo de flores o una medallita para poder entrar a la iglesia y obsequiar una ofrenda a San Jorge.
Festejo
La comunidad católica duranguense tiene una participación notable en el festejo de San Jorge porque se cree que da protección respecto de las picaduras de insectos ponzoñosos. Las peticiones más frecuentes son:
*Que aleje a los insectos de sus viviendas.
*Que en caso de que se dé la picadura no sea mortal.
*Que otorgue bienestar, sobre todo a los niños (porque son los más inocentes y curiosos).
*Les permita respetar y convivir con los insectos de una manera prudente, a pesar del riesgo que esto implique.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.
