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Roberto Campa Cifrián, un hombre de lealtades

EL UNIVERSAL-EE

México, DF.- El candidato del Partido Nueva Alianza (Panal) es un hombre de lealtades, según sus allegados.

El atlantista desde los 14 años alguna vez le pidió a alguien no invitarlo a ser un traidor. Su primera incursión en las actividades políticas la tuvo como estudiante de la Anáhuac.

Dice de él uno de sus amigos más cercanos, su compañero de andanzas políticas desde hace casi 20 años: ?Roberto es un tipo de lealtades. No las oculta. Aunque le llegaran a perjudicar. Bueno, es tan tercamente leal que nunca ha dejado de irle al Atlante, y eso ya es decir mucho?.

Roberto Campa Cifrián. Hace unas semanas, a finales del año pasado, caminaba con su amigo por la explanada de la sede nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Llevaba consigo la carta con la que renunciaba a su militancia de cerca de 30 años en ese partido.

?La verdad es que me siento triste, ¡muy triste!? dijo el diputado federal, ex asambleísta capitalino, ex dirigente priista en el Distrito Federal, el que también fue secretario general de la Confederación Nacional Obrero Patronal (CNOP) entre varios cargos.

Llegaron los dos hasta la recepción de la oficina de Mariano Palacios Alcocer, pidieron hablar con él para entregarle la carta. Esperaron. Les hicieron saber que deberían entregar su documento en la Oficialía de Partes. Poco después, un empleado ponía el sello de ?recibido? a la misiva.

Terminaba entonces una parte importante en la vida de ese hombre, nacido el 11 de enero de 1957, licenciado en Derecho por la Universidad Anáhuac y con estudios de Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Su rostro, parecido al del inolvidable Stand Laurel, aquel flaco comediante británico, estaba enrojecido. El gesto era inocultablemente de dolor.

Hace seis días, la cara de Roberto Campa era otra. Sonreía abiertamente mientras un funcionario del Instituto Federal Electoral (IFE), sellaba la recepción de otros documentos, los que daban cuenta de su solicitud de registro como candidato a la Presidencia de la República por el Partido Nueva Alianza.

?Soy un hombre de 48 años de edad que quiere recuperar los valores de nuestra generación?, manifestaría poco después ante centenares de personas, en su mayoría profesores integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Casi 24 horas antes había comido en un espléndido restaurante de la colonia Polanco con quien le animó para que aceptara esta nueva aventura, la maestra Elba Esther Gordillo.

Roberto Campa Cifrián es realista. Sabe que la Presidencia de la República está lejos, muy lejos de él. Sin embargo, tiene claro cuál es el reto. Lograr cuando menos el 2.5 por ciento de la votación nacional el próximo dos de julio para que el llamado Panal conserve su registro y obtenga posiciones en la Cámara de Diputados.

No quiero ser un traidorRoberto Campa. Un hombre emotivo. Es buen orador pero cuando conversa en ocasiones tartamudea un poco. Sin embargo, no titubea para manifestar lo que siente:

?Te suplico que no me invites a ser un traidor?, habría dicho a Emilio Chuayffet cuando éste, como nuevo coordinador de la fracción priista en la Cámara de Diputados le invitó a que continuara como vicecoordinador con las mismas responsabilidades, la misma situación que tenía como segundo de a bordo con Elba Esther Gordillo.

Chuayffet tuvo posteriormente palabras de reconocimiento para Roberto Campa. Dijo que entendía su lealtad.

Aseguró que procuraría llevar una buena amistad con él. Sin embargo, la relación se deterioró cuando Roberto Campa Cifrián anunció en una reunión plenaria con sus compañeros legisladores priistas y lo cumplió en la sesión plenaria de la Cámara de Diputados, que votaría contra el desafuero de Andrés Manuel López Obrador. Meses atrás, él se abstuvo de votar en el juicio para desaforar a René Bejarano, con quien llevaba o lleva amistad.

Diputado-?Ceniciento?

Roberto Campa Cifrían. Atlantista desde los 14 años de edad. Su afición por el equipo azulgrana se fortaleció gracias a su tío, Arsenio Farell Cubillas. Fue un buen estudiante. En la Universidad Anáhuac tuvo su primera incursión en las actividades políticas cuando compitió como candidato y ganó la presidencia de la Federación de Sociedades de Alumnos. Tiempo después un maestro suyo, Raúl Cardoso le invitó a que ocupara su lugar como secretario particular de Arturo González de Aragón. Desde entonces cursó la carrera en la administración pública. Y casi al mismo tiempo, él ingresó a las filas del PRI.

Una militancia activa la suya. Con Enrique Jackson fue oficial mayor en el comité directivo de su partido en el Distrito Federal, tuvo entonces una tensa relación con quien era el super secretario general del organismo político, Marcelo Ebrard. Al paso de los años, hace poco, ya fuera del PRI, Campa se reunió varias veces con el actual candidato perredista al Gobierno del Distrito Federal.

Campa, un hombre conocido principalmente en la capital de la República. Conoce los hilos del poder, las estructuras, los sótanos, las calles y los rincones de la macrópolis. Un domingo de julio, en 1997, al atardecer, cuando ya era evidente que Cuauhtémoc Cárdenas ganaría a Alfredo del Mazo, Campa, presidente del PRI capitalino dijo: ?en esto tiene que haber responsables, hay que dar la cara, mañana presento mi renuncia?.

Entonces, y tres años después, pensó en abandonar la política. Se dedicó a los negocios en la empresa que comparte con su familia. Sin embargo, no aguantó, y retornó. Y en ese regreso, nació y creció su relación con Elba Esther Gordillo.

Cuando la lideresa del SNTE llegó a la coordinación de los diputados priistas, Campa se convirtió en su operador político de confianza. Él era el encargado de las negociaciones con los otros grupos parlamentarios. Él integraba la agenda y acudía a las reuniones de la Junta de Coordinación Política. Ocupaba un amplio y cómodo despacho.

Pasó el tiempo. Se unió a las acciones del grupo Unidad Democrática, el grupo de políticos unidos contra Roberto Madrazo. Apoyó entusiasta la precandidatura de Arturo Montiel. Cuando el ex gobernador del Estado de México declinó, fue que decidió renunciar a su militancia priista.

Roberto Campa, antes de ir de vacaciones de fin de año recibió la invitación para ser candidato. Pidió tiempo para pensarlo. Con su familia hizo un largo viaje. Cuando regresó dio el ?sí?. Y el diputado-?ceniciento? cambió, como tocado por una varita mágica y se convirtió en candidato. El lunes pasadolo aclamaron sus nuevos seguidores. Elba Esther Gordillo no acudió. En aquel cuento infantil, el hada madrina tampoco fue al baile.

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