Hace ocho años, Ronaldo vivió el momento más turbulento de su carrera al enfermarse antes de la final con Francia, en la que un Brasil abatido fue vapuleado y sin poder sumar el pentacampeonato.
BERGISCH GLADBACH, ALEMANIA
AP
El "Fenómeno" tiene ahora la revancha esperada, la oportunidad de devolverle la cachetada a ese triste episodio, cuando Brasil y Francia se enfrenten el sábado en los cuartos de final de la Copa del Mundo.
No es el mismo Ronaldo rebosante del mundial de 1998, pero para el legendario Mario Zagallo, quien dirigió a Brasil en esa debacle, el artillero del Real Madrid podría marcar la diferencia, esta vez para bien de la 'verdeamarela'.
"Ronaldo tuvo un problema de salud, pero ahora él va a jugar entero", manifestó Zagallo, coordinador de selecciones y asesor del actual técnico de Brasil, Carlos Alberto Parreira. "Quién sabe si él va a ser la diferencia".
En las horas previas a esa final, Ronaldo sufrió un cuadro de convulsiones generado al parecer por el estrés y la ansiedad.
El cañonero fue un fantasma durante el encuentro y Brasil terminó derrotado 3-0 por los dueños de casa, con un doblete de Zinedine Zidane.
La crisis de Ronaldo, que en ese momento entraba a los 22 años, "abatió al equipo", señaló Zagallo el miércoles. "Ahora es una situación muy diferente, el equipo está sólido y Ronaldo más maduro y entusiasmado".
Ronaldo está con más años encima, sin esa agilidad y ese pique explosivo de otrora, pero con su olfato de gol intacto.
Ronaldo se topará el sábado con un clima un poco diferente e incluso encontrará algo de familiaridad en la zona rival: jugará contra Zidane, ahora entrañable amigo y compañero en el Real Madrid.
No es que Ronaldo y Zidane se van a regalar nada en el terreno, pero seguramente esta vez se estrechen las manos y se lancen deseos de suerte antes del pitazo.