LOS PRIMEROS BANCOS EN TORREÓN
PRIMEROS BANCOS
La llegada del ferrocarril hizo que industrias y comercios vinieran a establecerse a esta ciudad. Así mismo, a fines del siglo XIX, las instituciones bancarias empezaron a instalarse en Torreón. El primero de abril de 1898 principia sus operaciones la sucursal del Banco de Coahuila. Joaquín Serrano destacado industrial, el cual también era agricultor, intervino en la instalación de la sucursal del Banco de Coahuila en esta ciudad, bajo la gerencia de Rodolfo J. García. Les siguieron el Banco de Londres y México, siendo su gerente D.D. Mota y después el American Bank of Torreón, cuyo consejo lo formaron los señores J. Groesbech, H.L. Bonnet; subgerente y Carlos Meibrego, como cajero. Así también nos cuenta Eduardo Guerra que también se establecieron en esa época, en esta ciudad, el Banco Agrícolas Hipotecario, las agencias el Banco Mercantil de Monterrey, el Banco de Nuevo León, la Compañía de Crédito y Ahorro y Deutsch-Sudamerkanisches Bank (Banco Alemán y Sudamericano). La casa Feliciano Cobián y Hermanos, hacia 1908 tenían una sucursal en Torreón.
BANCO CHINO
La Compañía Bancaria China Mexicana se fundó en 1906 y pertenecía a la Corporación Comercial. Esta agrupación tenía como fin, invertir fondos en todo el mundo, para financiar el regreso al trono del emperador chino. Al año siguiente, Kang Yu Wei regresó a México acompañado de, Lee Foonk Kee, empresario establecido en Vancouver, Canadá. Entre los dos reorganizaron el banco, cuya administración quedó en manos de Foon Chuck, chino nacionalizado mexicano. El banco adoptó el nombre de Compañía Bancaria y de Tranvías Wah Yinck y recibió la concesión del gobierno mexicano, para emitir acciones y colocar las de otras empresas similares de Hong Kong y Nueva York. Recibía depósitos de todas las comunidades chinas establecidas en el país. Amplió sus actividades en el giro inmobiliario, adquiriendo edificios y terrenos. Y obtuvo permiso oficial de tender una línea de tranvías. El éxito fue enorme para, 1908 los activos del establecimiento eran de 937,268 pesos. En 1911, la renta que el banco cobraba por cada cuadra de hortalizas ascendía a 100 pesos, y en ese año su gerente era Kang Shai Jack. Este banco solamente funcionó cinco años pero la sociedad se liquidó hasta después de los treintas.
BANCO NACIONAL DE MÉXICO
El 31 de marzo de 1903, en el informe que el Consejo de Administración del Banco Nacional de México, presentó a sus accionistas, por vez primera se menciona la sucursal en Torreón. En él se dice que muy pronto abrirá al público sus puertas, y explica los gastos por la compra de un terreno que destinamos a erigir el edificio dicha sucursal. Desde su inauguración en septiembre en 1903, se encuentra en el mismo local, en la esquina que forman las céntricas calles de Hidalgo y Valdés Carrillo. La sucursal tenía además, amplias bodegas para almacenar algodón, ubicada en la parte oriental de la población, con capacidad para guardar hasta 24 mil pacas. Su primera planta de personal estuvo encabezada por el señor Luis G. de la Canal, como gerente, a quien secundaban en sus labores el contador L. Hernández Vallarta, el cajero Rafael Fuentes y como consultor fungía Feliciano Chabot. Después estuvieron L. Hernández Vallarta, don Alberto E. Molina, Othón G. Newman.
LA EQUITATIVA
Hacia 1905 se formó La Equitativa de Torreón como sociedad cooperativa para préstamos a sus socios y a particulares. El consejo administrativo de esta institución estaba compuesto por Praxedis de la Peña como presidente, Manuel Garza Aldape a su vez vicepresidente, Adolfo Aymes fungía como tesorero. Aparecían como vocales: G. C. Carothers, Ramón Coral, Marcos de la Peña, Lic. Gurza Farías, Lic. Frumencio Fuentes, Lic. Benito Flores. El agente del banco era Julio Martínez, y el gerente Francisco A. Villarreal.
La sociedad emitía acciones de cien pesos cada una. Al suscribirse se pagaba un peso por acción como cuota de registro, diez centavos por timbre de certificado y 80 centavos que pagaban mensualmente durante noventa meses, de los cuales se deducían diez centavos al mes para gastos de administración. El dinero obtenido se prestaba mensualmente a los socios o personas que lo solicitaban. Cada mes se reportaban las utilidades habidas, y se aplicaban proporcionalmente a las acciones, que estaban al corriente en sus pagos. Estas utilidades o intereses se entregaban a los accionistas al retirarse, o bien al vencer sus acciones a los noventa meses en que tendrían, el valor de cien pesos. Las acciones sólo se podían retirar después de un año, de expedido el certificado respectivo, dando aviso con sesenta días de anticipación a la secretaria. Al retirarse, se devolvería al accionista las exhibiciones entregadas por el monto, más el seis por ciento anual sobre el tiempo medio.
BANCO DE LA LAGUNA
En el año de 1907 en el mes de noviembre renunció a su cargo de gerente del Banco Minero Miguel Torres para desempeñar la gerencia del Banco de La Laguna. El banco se constituyó el 14 de diciembre de 1907 concesión otorgada por la Secretaría de Hacienda a Juan Brittingham, Luis Gurza y Pragedis de la Pena. Se fijó un capital de seis millones de pesos. Se trata de un banco regional destinado en primera instancia a estimular la propia economía lagunera y de su entorno más inmediato. El banco fue inaugurado en febrero de 1908. Actuó como institución refaccionaria según la ley bancaria de 1897, otorgando pequeños préstamos para las actividades agrícolas y extractivas con tasas preferenciales sobre los fondos creados con emisión de bonos de caja; se trataba de préstamos reembolsables en un tiempo variable desde un mínimo de tres meses hasta un máximo de dos años.
Accionistas: Santiago Belden, Feliciano Cobián, Enrique Creel, Aurelio Corral, Rodolfo J. García, Pragedis de la Pena, Emilio de la Pena, Adolfo Larralde, Francisco Larriva, Andrés Medellín, sucesores de Hernández Hno., Ricardo Hernández Mendirichiaga, Ernesto Madero, Tomás Mendirichiaga, Alberto Gurza, Luis Gurza, Gilberto Lavín, Marcelino Garza, Óscar Garza, Milmo e Hijos, Valentín Rivera, Ulpiano Ruiz Lavín y Gaja, Joaquín Serrano Santiago A. Suárez, Juan Terrazas, Miguel Torres, Pedro Torres, José María Urrutia, Leandro Urrutia, Adalberto Viezca, José Zurita.
SISTEMA AGRÍCOLA Y BANCARIO
Un ejemplo de las ganancias que se podían obtener, en el cultivo del algodón, lo presentó la prensa local en 1907. La forma de trabajar de los bancos en cuanto al crédito agrícola era de la siguiente manera: al aproximarse la época de la siembre y ya con sus contratos de arrendamiento requisitados en debida forma, los agricultores acudían a los bancos en solicitud de préstamos que se reembolsaban al liquidarse la cosecha. A medida que iban adelantando las labores del campo los bancos proporcionaban los anticipos, pero las intenciones de crédito vigilaban por medio de inspectores que las cantidades facilitadas fueran aplicadas en las labores agrícolas. Una vez recogida la cosecha y beneficiada en casa, los bancos los almacenaban en sus bodegas especiales y mientras tanto se efectuaba las negociaciones de venta a los monopolios de Nueva York, de Nuevo Orleáns o de Londres. Cuando los bancos recibían el importe del préstamo, más los créditos convenidos, más los gastos que se hubieran usado. Si debido a malas cosechas, los agricultores no podían pagar no importaba, había la seguridad que con un año bueno se resarcía de todos los malos, se pagaban las deudas y aún quedaba remanente. Si un agricultor no cumplía sus compromisos, por causas imputables al mismo, ya podía ir buscando otro lugar dónde irse porque allí se le habían de cerrar todas las puertas.
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