LOS ENCANTOS DE LA CALZADA COLÓN
...Corría el año de 1928..., segundo período de gobierno municipal de don Nazario Ortiz Garza, cuando el día 14 de febrero falleció el secretario del ayuntamiento don Prudencio Valdés de Anda, antiguo y prestigiado periodista dedicado en los últimos años a la política. En sustitución de don Prudencio fue designado el señor Eduardo Guerra quien por instrucciones del señor presidente convocó a todos los vecinos de la calle Rayón con el objeto de hermosear esta amplísima calle, misma que a partir de ese entonces se le dio el nombre de Calzada Colón.
Después de algunas pláticas y acuerdos con los vecinos de la misma, se procedió a dar inicio a la tarea de embellecer tan importante calle para lo cual se trazó un camellón central donde se plantaron un sinfín de pequeños arbustos que con el devenir de los años se convirtieron en unos majestuosos árboles..., se colocaron cientos de plantas de ornato, se pavimentaron los extremos laterales del camellón y posteriormente se colocaron las columnas, imitación de ónix, que sostenían las artísticas lámparas de su alumbrado..., se asentaron bancas en toda su extensión y finalmente, siempre bajo la inspección y supervisión del señor Ortiz Garza, se colocaron el monumento erigido a Cristóbal Colón, obra del arquitecto catalán Fernando Toriello, mismo que se ubicó sobre el camellón central, entre las avenidas Escobedo y Bravo, frente al Parque España, en donde año tras año se lleva a cabo una ceremonia para conmemorar el encuentro de los dos mundos; se colocaron estatuas alegóricas en los cruceros de las avenidas Ocampo, Aldama y Allende, el busto de don Joaquín Serrano en la Matamoros y otra en la Hidalgo; así la Calzada Colón se convirtió en un bello y atractivo paseo.
Con el devenir de los años, en ambos costados de esta calzada, se empezaron a construir majestuosas residencias, algunas de las cuales aún podemos disfrutar visualmente de ellas, de su diseño, del estilo tan propio de aquella época, tales como las que se encuentran en el costado poniente de esta calzada y la avenida Matamoros No. dos propiedad de la señora Dolores Borque viuda de Martín, construida en la década de los 40?s por el señor Gregorio Ramírez; la residencia ubicada en la esquina norte de la avenida Juárez No. 27 en el costado oriente de la misma calzada, construida en el año de 1910 por don Juan Castillón, primer jefe político de esta ciudad durante los años de 1907-1908, posteriormente propiedad del señor José Fernández Madrazo y su esposa Ma. Antonieta misma que fuera ocupada por la Alianza Franco-Mexicana de 1982 a 1989 y muchas construcciones algunas de las cuales aún se conservan en el trayecto entre los bulevares Revolución e Independencia; sin embargo nuestra ciudad ha sufrido grandes pérdidas arquitectónicas al ser demolidas verdaderas residencias de una gran belleza por su estilo tales como la casa morisca del agricultor español don Fernando Rodríguez Rincón y su esposa doña Elvira, la residencia que perteneciera al General don Pedro V. Rodríguez Triana y su familia, construida entre 1941 y 1942 y que se ubicaba en el costado sur de este paseo y la avenida Abasolo en el oriente.
...Y el tiempo, sin detenerse, continuó su inexorable marcha. Muchos arreglos..., muchas transformaciones se fueron sucediendo a través de este paseo; así tenemos que durante el período administrativo municipal del señor Francisco Rivera Morales, 1939-1940, se construyó una torre en el cruce de esta calzada y la avenida Juárez donde se colocó el reloj que sobre la entrada principal del antiguo palacio municipal se encontraba; sin embargo años después es retirado, tal vez motivado por el intenso trafico vehicular.
Esta ciudad, allá por la década de los 50, decía el arquitecto Fernando Vélez, era el asombro y la admiración de otras entidades de la república, tales como Durango, Zacatecas, Monterrey, Saltillo, en efecto, causaba admiración su trazo moderno, sus anchas avenidas, sus amplias banquetas, sus jardines, su bosque Venustiano Carranza, su moderno Estadio de la Revolución.
Sin embargo, no todo ha sido negativo, ya que aún se conservan varias de sus hermosas residencias de antaño sobre el trayecto de la Calzada Colón, algunas de las cuales se han restaurado conservando su fachada original y convirtiéndolas en negociaciones, sin embargo las residencias que aún admiramos hay que preservarlas como patrimonio arquitectónico de esta joven ciudad. Y si bien es cierto que se han perdido muchos de sus encantos de antaño sobre este paseo, como compensación ha sido dotada de bellos monumentos que se han colocado en su trayectoria, tal es el caso de la escultura de don Quijote y Sancho Panza, obra del maestro Joaquín Arias Méndez, potosino, que como un regalo de aniversario donara don Pedro Valdés Fernández al cumplir Torreón 75 años como ciudad el año de 1982; la escultura de Pilar Rioja, obra del mismo maestro y que fuera develada por ella misma el 28 de septiembre de 1985 como un reconocimiento a esta gran artista lagunera y finalmente la escultura ?El Vuelo? que fuera donada por el arquitecto Ramón Hermosillo y que fue develada el 24 de mayo del año 2000. Es cierto también que hemos perdido bellas construcciones de la década de los cuarenta, pero reconozcamos que éstas han sido substituidas por modernos edificios comerciales..., restaurantes, salas de espectáculos, centros bancarios, agencias de automóviles que le están dando un toque de modernidad y tal vez en el futuro, ya avanzadas algunas décadas del presente siglo XXI, también estas obras arquitectónicamente, sean derrumbadas para ser substituidas por diseños más de acuerdo a la era espacial que muy seguramente se vivirá y sin lugar a dudas, las generaciones maduras de aquellos años, los jóvenes y niños de la actualidad, las defenderán o en caso contrario lamentarán las pérdidas de esas construcciones como en la actualidad reprochamos nosotros, lo irremediablemente acontecido.