(Última parte)
EL TORREÓN DE LOS 100 AÑOS
Doña Luisa Ibarra después de la muerte de su esposo, se estableció en su antiguo hogar paterno, en la casa grande de la hacienda de San Lorenzo de Parras, desde donde dirigía sus operaciones financieras y comerciales; siempre auxiliada y asesorada por sus sobrinos, José, Andrés y Luis Aguayo Ibarra.
Para ello se dice que don Andrés Eppen, apoderado substituto del Walterio Hermann de la casa Gutheil y Cía., ya se encontraba actuando como tal en Torreón en el año de 1879, pero todavía un contrato de hipoteca sobre el rancho de Solima, nos indica que el señor Hermann, aún estaba en el cargo en febrero de 1883. Por lo que resulta un tanto incierta la llegada de Eppen a Torreón. Sin embargo algunos meses después y debido a la información que la casa Gutheil tenía respecto a la llegada del ferrocarril a estas tierras, ordenó a su ya apoderado Eppen para que tratara con la señora Zuloaga la donación de los terrenos de la hacienda del Torreón, para el establecimiento de una estación y los necesarios por donde pasarían la vía del citado ferrocarril. La donación se llevó a cabo y el contrato respectivo se firmó en agosto de 1883, un mes antes de que hiciera su aparición el ferrocarril en tierras de Torreón.
La llegada del primer ferrocarril a Torreón se efectuó el 23 de septiembre de 1883, sin embargo en esas primeras ?llegadas? del tren a Torreón, sólo lo hacía con el material que se utilizaría en las vías, las cuales formaban parte del llamado Ferrocarril Central Mexicano que corría de México a Paso del Norte (Cd. Juárez, Chih.). No cabe la menor duda de que la llegada del ferrocarril, significó un gran avance en cuanto a tecnología para el acarreo de bienes, que posteriormente vino a redundar en el arribo de mucha gente de todos lados, tanto nacionales como extranjeros que querían conocer aquel desolado y terroso rancho cuya mayor fuente de riqueza estaba fincada en la producción del algodón.
Por su parte doña Luisa, todavía celebró varios contratos referentes a sus tierras de La Laguna en los años 1884 y 1885, realizó algunas agencias con extranjeros para promover la venta de su hacienda de San Antonio del Coyote, incluyendo el Torreón, entre los inversionistas de Estados Unidos y Europa. Y ante la inminente llegada a Torreón de las vías del Ferrocarril Internacional Mexicano, proveniente de Ciudad Porfirio Díaz (Piedras Negras, Coah.), y con las noticias muy confidenciales que habían llegado a oídos de los dueños de la empresa Rapp Sommer y Cía., casa sucesora de Gutheil y Cía., apresuraron la compra de la hacienda del Coyote que incluía al Torreón, y por fin en el mes de febrero de 1886, se efectuó el contrato de compra-venta de la hacienda de San Antonio del Coyote, entre dicha casa comercial y los apoderados de doña Luisa. La hacienda del Coyote comprendía los predios conocidos como Solima, El Hormiguero, Guadalupe, Purísima, Granada, Solís y el Torreón. En esta última se incluían: El Tajito, San Luis y San Antonio de los Bravos.
La operación de la venta ascendió a la cantidad de $220,000.00 pesos, de los cuales se entregaron a la viuda $85,000.00 pesos en efectivo y el resto de $135,000.00 pesos se aplicaron al adeudo tenido con anterioridad. Con este acontecimiento concluyó una etapa más en la historia de Torreón; el predio del Torreón que había pertenecido a la familia Zuloaga Ibarra por cerca de 38 años, pasó a una nueva etapa de producción y de progreso más acelerada, que ya había iniciado con la llegada del Ferrocarril Central y que se incrementaría aún más con la anunciada y esperada llegada del también ferrocarril Internacional.
Tal vez el contrato a que hicimos alusión en los párrafos antecedentes, haya sido de los últimos que celebró doña Luisa, puesto que su salud no andaba muy bien, su firma en los documentos celebrados en ese tiempo ya no eran de un trazo firme, sino que denotan cierto temblor en su mano, muy característico en las personas de ?edad? o bien afectas de alguna enfermedad. La señora de Zuloaga murió en el mes de octubre de 1886, a los 74 años de edad, en su hacienda de San Lorenzo de Parras, falleció de pulmonía según se anotó en la constancia religiosa de su entierro. Sin embargo es muy posible que haya muerto de tuberculosis, de acuerdo a la forma como fue sepultada, en un ataúd de madera cubierto de estaño y su cuerpo completamente cubierto de cal y sólo su cabeza sobresalía en aquel polvo blancuzco amarillento que cuando se exhumaron sus restos en agosto de 2003, el cráneo, junto con una vértebra fue lo único de las cenizas de doña Luisa que se pudo trasladar al museo del ?Torreoncito?.
Sin embargo el crecimiento del Torreón siguió su marcha y ante la inminente llegada del Ferrocarril Internacional Mexicano y con la información privilegiada de que la vía pasaría frente al casco de la Hacienda del Torreón, la empresa Sommer, Hermann y Cía., sucesora de la Rapp Sommer y Cía., y como propietaria de la Hacienda del Torreón, en el año de 1887 encargó a su apoderado Andrés Eppen, la lotificación de los terrenos adyacentes al sitio en donde cruzarían las vías de los ferrocarriles Central e Internacional, para la creación de un fraccionamiento. Para el trazo de aquel fraccionamiento se utilizaron los servicios del ingeniero Federico Wulff, quien de acuerdo a su experiencia, procedió a las mediciones correspondientes de lo que serían los lotes para construcciones y las áreas dedicadas a calles, para ello sólo se marcaron los sitios con estacas y nomás, no hubo obras de cordonería, ni pavimentación de calles, ni mucho menos obras de drenaje. Sólo fue eso un primitivo e incipiente fraccionamiento, el primero que se hizo en Torreón. Sólo agregamos que el citado Ferrocarril Internacional Mexicano, cruzó las vías del Central Mexicano, precisamente en terrenos de la Hacienda del Torreón el uno de marzo de 1888.
De este punto damos un salto de casi 45 años y nos situamos en el año de 1932, cuando la ya ciudad de Torreón celebraba 25 años de haber sido elevada al rango de ciudad. Ese año se realizaron algunas celebraciones y el señor Eduardo Guerra como presidente del comité de los festejos, entre otras cosas mandó colocar en el edificio del torreón, enclavado en el sector Alianza, una placa alusiva en la que se puede aún leer la leyenda: ?Como un homenaje de gratitud y cariño a sus fundadores?, y a continuación se mencionan los nombres de las 42 personas, de las primeras que compraron lotes en el fraccionamiento primitivo. Operaciones que se realizaron entre el 20 de enero de 1888 y hasta el 17 de julio de 1893. Sin embargo la venta de aquellos primeros lotes continuó hasta noviembre de 1993. Y la pregunta sería de por qué no fueron incluidos en la citada placa, los siguientes compradores a julio de 1893, cuando algunos de estos últimos compraron con sólo tres meses de diferencia, cuando ya Torreón había adquirido la categoría de villa, en septiembre de 1893.
Con lo anterior, don Eduardo Guerra, fijó la fundación de Torreón ?entre? los años de 1888 y 1893, treinta y ocho y cuarenta y tres años después de haberse fundado. Y para ser justos los nombres de la citada placa debieron estar encabezados por los creadores del fraccionamiento, Andrés Eppen y Federico Wulff. A este último señor se le menciona pero como comprador de un lote. Y sólo se cambiaría el encabezado, de la placa por el de: ?Como un homenaje de gratitud y cariño a los compradores de los primeros lotes del primer fraccionamiento de Torreón?. Ahora bien muchos de los compradores originales no establecieron sus hogares en los sitios adquiridos, sino que más bien lo hicieron como una forma de invertir su dinero.
Para concluir nuestro tema diremos que la ciudad de Torreón, el próximo año de 2007, estará cumpliendo 157 años de haber sido fundada, 114 de haber sido elevada al rango de villa y 100 de haber conseguido la categoría de ciudad. Torreón no nació por arte de magia y de la noche a la mañana en el año de 1907, sino que en ese año había conseguido la madurez como centro poblacional, después de haber pasado por la categoría de rancho, hacienda, estación y villa. Es muy conveniente que la ciudadanía tenga en cuenta lo anterior para que se evite toda confusión respecto a lo que realmente se está celebrando y lo que se celebrará el próximo año en nuestra ciudad.
Fuentes:
*.-Contreras Palacios Gildardo.
.-Leonardo Zuloaga. Fundador del Torreón. 2003.
.-Antecedentes Históricos a la fundación del Torreón. 1992.
.-Parras y La Laguna. 1989.
*.-Guerra Eduardo.
-Historia de Torreón su Origen y sus fundadores. 1932.
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