Cada país tiene su estilo de vivir el Día de los Enamorados y durante años lo respeta como si fuera parte de su cultura.
AGENCIAS
MADRID, ESPAÑA.- Poemas en las góndolas en Venecia, ramos de rosas y cenas románticas en Chile. Cada país tiene su estilo de vivir el Día de los Enamorados (14 de febrero) y durante años lo respeta como si fuera parte de su cultura.
En Europa, principalmente en Italia, el Día de San Valentín es muy especial. Esperado con ansias, las chicas solteras se levantan al amanecer y permanecen frente a las ventanas de sus casas a esperar a que un hombre pase. Y es que según su costumbre, el primer hombre que se aparezca, será el hombre que se casará con ellas (tal como lo afirmaba William Shakespeare en Hamlet en 1603). Aunque saben que se trata de una leyenda, siguen repitiéndola año tras año en busca de que se les haga realidad. Además, por las tardes, los italianos celebran con un gran banquete este gran día.
En Inglaterra, por su parte, el tema del amor cala mucho más hondo y toca también a los niños, quienes tienen la costumbre de cantar canciones especiales para la ocasión a cambio de regalos, dulces, frutas o dinero. También, se puede sentir por las calles un exquisito aroma a pan recién horneado, ya que en casi todas las casas se hacen panes especiales con semillas de alcaravea, ciruelas o pasas para festejar a San Valentín.
Si bien el tema de las flores en San Valentín está muy ligado en casi todas las partes del mundo, en Dinamarca la gente tiene la costumbre de enviarse flores blancas prensadas a las que llaman Gotas de Nieve. Éstas las envían a amigos y parejas sin distinción, sólo se requiere tenerse mucho cariño. Y como si esto fuera poco, los hombres tienen la costumbre de enviar cartas graciosas llamadas ?Gaekkebrev?, que tienen la característica que en el remitente firman con una rima en vez del nombre y puntos, uno por cada letra del nombre. Y si la mujer que recibe la carta adivina quién la escribió, el danés la recompensa con un huevo de Pascua en esa fiesta.
En Corea las mujeres ofrecen chocolates a sus hombres, mientras en Japón las parejas se acercan al monte Fuji justo en el Punto de Los Enamorados situado en Izu, para tocar tres veces la llamada Campana del Amor, y dicen el nombre de su amado. De esta forma, podrán convertir su romance en amor verdadero, según la leyenda.