El Universal-AEE
NUEVA YORK, EU.- Una de las cosas que la actriz estadounidense Sarah Jessica Parker ha aprendido con el tiempo es que no se puede cambiar a los hombres.
"Antes lo intentaba. Ahora sé que quizá se pueden modificar algunas pequeñas cosas, pero nunca las importantes, las que forman parte de su personalidad", dice esta actriz a punto de cumplir 41 años y casada desde hace nueve con el también actor Matthew Broderick, con quien tiene un hijo.
Aún así, reconoce que hay ciertas cosas que le molestan como el desorden. "Pero llevo tanto tiempo con la misma persona que me cuesta recordarlo", agrega.
Lo importante en una relación, comenta durante la promoción de la película Soltero en Casa, que protagoniza junto a Matthew McConaughey, es "aprender el uno del otro, dejar que tu pareja te enseñe cosas".
Y cita dos ejemplos: "Hay colores que nunca habría puesto juntos antes de estar con mi marido, pero como su madre era pintora, él tiene una visión muy diferente a la mía y dejé que me influenciara. Tampoco me gustaban el parmesano o el pesto y ahora me encantan", bromea la estrella de Sex and the City.
Parker lleva un vestido de la firma italiana Marni, una cartera dorada y zapatos de tacón interminable, como suele ser habitual en esta mujer que marca tendencias, tiene su propia línea de perfumes, ha hecho de modelo para la marca Gap y es fiel a la semana de la moda neoyorquina. Todas las temporadas, excepto esta última.
"No pude ir porque mi hijo tenía muchas actividades en el colegio. Y la verdad es que quería ver los desfiles de Narciso Rodríguez y Marc Jacobs. Pero en fin, tengo prioridades", explica.
Sus secretos de belleza hay que buscarlos en el yoga. "Lo hago para cuidarme y porque compites contra ti mismo, siempre sigues aprendiendo", comenta, explicando que el cuidado de su hijo es otro deporte añadido.
Tampoco bebe, aunque "me gusta un buen Cabernet". Y reconoce que no se puede parar el reloj para estar más joven, pero al menos intenta "parecer distinta en cada película".
Entre chismes y proyectos
Entre los nuevos proyectos de Sarah Jessica Parker destaca el drama Spinning into Butter, adaptación de un texto de la dramaturga Rebecca Gilman. "Quiero hacer cosas diferentes y pensé que trabajar en esta película después de La Joya de la Familia iba a ser un buen contrapunto. Vi la obra original hace cinco años en Broadway y me encantó. Cuando me lo propusieron acepté de inmediato y se convirtió en la primera producción de mi compañía", manifiesta.
Su productora también está trabajando para la cadena de televisión HBO, desarrollando dos documentales y una comedia sobre el primer ?first man? (por oposición a la primera dama) en la Casa Blanca.
"Yo no actuaré en ninguno de ellos", confirma. "Lo que me gusta es el proceso de creación porque es duro y desafiante". Por último, Parker volverá a Broadway en el papel de una columnista que escribe para un tabloide neoyorquino, como hacía su personaje de Sex and the City.
La obra se titula Don?t Follow me, I?m Lost, Too y en ella no trabajará su marido, como anunció la prensa hace unos días. "No sé de dónde sacaron eso porque no tengo planes de trabajar con Matthew", sentencia. "Se dicen tantas cosas que no son ciertas. La revista ?New York?, por ejemplo, publicó que el año pasado gané 38 millones de dólares. Ya me gustaría, pero no es cierto?.
