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Satélites de NASA, en buca de ruinas mayas

Washington, (EFE).- Los satélites de la NASA y la química se han convertido en los principales aliados de los arqueólogos en la búsqueda de ruinas de la civilización maya ocultas durante siglos bajo las selvas centroamericanas.

La cultura maya floreció hasta el siglo IX cuando desapareció por razones que han quedado en el misterio.

Aunque muchas de las construcciones, en particular pirámides y edificios dedicados al culto, han sobrevivido en medio de la candente humedad selvática, hay mucho más bajo la copa de los árboles o sepultado por el humus y otros restos vegetales acumulados con el paso del tiempo e invisible a la vista del hombre, según creen los expertos.

"Desde el aire, todo queda oculto bajo las copas de los árboles, excepto algunas pirámides y, sobre el suelo, la espesura oculta objetos que pueden estar a tres metros de distancia", señaló Dan Sever, científico de la NASA.

"Los exploradores pueden estar de pie sobre una ciudad antigua que albergó a miles de habitantes sin siquiera darse cuenta", agregó en un comunicado de la agencia espacial de Estados Unidos.

Una teoría que esgrimen los científicos indica que la civilización maya se desplomó debido a cataclismos ambientales, incluyendo la sequía y la deforestación.

Según Dan Irwin, científico del Centro de Vuelos Tripulados de la NASA, en Huntsville (Alabama), hasta hoy el mundo continúa batallando contra los efectos devastadores de la sequía, desde las llanuras áridas de Africa a las del sur de EU.

"Cuanto más sepamos del cataclismo maya, mejores serán las posibilidades de que evitemos que ocurra algo similar", destacó.

"Los estudios de este tipo sirven mucho más que para satisfacer nuestra curiosidad respecto al pasado. Nos ayudan a prepararnos para el futuro", agregó.

Las posibilidades de conocer ese futuro han comenzado a tomar forma con el uso de los satélites de la NASA, la más alta tecnología aérea y lo que los científicos califican como "la firma" química que caracterizó a los edificios de la civilización maya.

El primer resultado del nuevo método de exploración arqueológica se obtuvo en el 2004 en el noreste de Guatemala, cuando el equipo descubrió importantes ruinas mayas en las cercanías de la localidad de San Bartolo.

Allí encontraron, exactamente en el lugar indicado por los instrumentos, una correlación entre el color de las imágenes, la reflectividad de la vegetación y la "firma" química de las construcciones mayas.

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