Sánchez tendrá una semana de descanso antes de integrarse a los entrenamientos con el conjunto lagunero y a partir de ese momento su único objetivo será ayudar al equipo a salvarse del descenso
EL UNIVERSAL
TORREÓN, Coah. - Apenas se puso el pants del Santos y su semblante cambió, comenzó Oswaldo Sánchez a recuperar parte de la alegría que perdió cuando abandonó al Guadalajara.
Oswaldo lo sabe: las Chivas siempre representarán algo muy importante en su vida, pero no hay tiempo para ser atrapado por la melancolía, no cuando se llega a un equipo con la etiqueta de salvador.
Es por eso que de inmediato se compromete con su nueva afición, la cual espera que sus atajadas sean la diferencia que los Guerreros necesitan para mantenerse en Primera.
Y eso se refleja en cada movimiento, en cada palabra, en cada risa espontánea que aparece después de jugarse una broma con sus nuevos compañeros, quienes de inmediato buscan integrarlo al grupo.
"Me decidí por Santos debido a que es un reto importante y en el grupo hay mucha gente que conozco desde hace tiempo", manifiesta, mientras intercambia una pícara mirada con Daniel Guzmán, director técnico de los albiverdes. "Estoy muy contento de estar en esta nueva aventura para mí. Todos en el plantel nos sentimos motivados, con la ilusión de hacer de Santos un equipo protagonista". Sin embargo, hubo un momento en donde los recuerdos rojiblancos se arremolinaron en su mente.
Durante 13 años de carrera, Oswaldo ha repetido el ritual miles de veces; ponerse el suéter de portero era ya parte de su rutina, de su enlace con el Rebaño Sagrado, por lo que colocarse uno distinto le costó trabajo.
Eso explica lo dubitativo que permaneció durante una fracción de segundo, ésa en la que Carlos Cariño le entregó el uniforme blanco -con vivos amarillos- que utilizará con los Guerreros.
"Podemos mandar a hacer uno azulito", asegura, en medio de una tímida sonrisa. "Tengo que decirlo, me siento raro. Es mucho tiempo en otra ciudad, en otro equipo, pero aquí estamos, dándole para adelante...". Tal como lo quiere la gente que confía en él.
Sí, el Travieso sostiene que el trabajo de todos los miembros del plantel lagunero será fundamental para evitar el descenso, pero la actitud lo traiciona. Busca tener el mayor contacto posible con su nuevo arquero, el cual -adelanta- será el capitán.
"Es muy bonito llegar a un equipo que tiene la proyección y el deseo, encabezado por su directiva, de estar en los primeros planos", reconoce Sánchez. "Se lo merece la ciudad y eso me atrajo mucho. Vengo con la entereza y confianza de que este equipo va a volver a ser el de antes".
Oswaldo mantiene en su memoria diversos recuerdos de lo complicado que era visitar el estadio Corona, condición que anhela volver a repetir. No es un hombre al que le guste participar en un equipo que cambia drásticamente su accionar cuando juega fuera de su casa, no es algo que vaya con su estilo, pero está consciente de que jugar en la Comarca Lagunera es un factor que no puede ser desperdiciado.
"Hay que jugar bien en cualquier cancha", sentencia. "Tenemos plantel para hacerlo, aunque es una realidad que debemos aprovechar las ventajas que podemos tener aquí en Torreón".
Como la fuerza interior que el plantel refleja, la cual parece emanar desde la figura de su nuevo portero, que será su líder y bastión.