Notimex
México, Df.- Al conmemorarse el 89 aniversario de la promulgación de la Constitución, el presidente Vicente Fox llamó a los Poderes de la Unión y a los tres niveles de Gobierno a trabajar de manera corresponsable y con patriotismo en la renovación del Estado y la modernización de la instituciones, y convocó a actualizar la Constitución.
Al conmemorarse el 89 aniversario de la promulgación de la Constitución, el mandatario advirtió que el orden jurídico no puede quedar al margen del cambio que el pueblo de México impulsa, y que defender la Constitución es revisar la vigencia de sus disposiciones frente a la evolución de la sociedad.
En el Patio de Honor de Palacio Nacional, Fox Quesada señaló que la conmemoración de la promulgación de la Carta Magna constituye también una oportunidad para llamar a la responsabilidad y a la unidad de todos los actores políticos.
Al hacer un balance sobre la importancia de la Constitución Política, reconoció que aún se deben a México más acuerdos que permitan alcanzar una verdadera reforma del Estado. En la ceremonia, en la que fue orador único, expresó que el fortalecimiento del Estado democrático sólo se logra con el respeto absoluto a la Ley.
Expuso que el cinco de febrero está inscrito en el calendario cívico como el momento en el que el pueblo de México renovó su voluntad para instaurar un Gobierno que condujera al país, por la vía democrática, a un mayor desarrollo con justicia y equidad.
Explicó, sin embargo, que aquellos principios con los que se planeó reconstruir a la República se fueron convirtiendo, en muchos casos, en una arquitectura jurídica sin sustento en la realidad. El presidencialismo exacerbado impidió que el país progresara con una auténtica división de poderes, y el centralismo condujo a la atrofia de los gobiernos locales impidiendo que éstos combatieran con eficacia y autonomía la marginación y la pobreza de sus comunidades, indicó.
Señaló que en 2000 la lucha del pueblo consiguió devolver a México a los cauces democráticos y hoy la Constitución no es ya sólo un catálogo de dogmas y mitos fundadores, sino la norma que obliga al Gobierno a sujetar sus actuaciones a las necesidades de la sociedad como lo desearon los Constituyentes.