EFE
DRESDE, ALEMANIA.- La primera crecida del año del río Elbe desbordó ya algunos diques en Dresde y otras poblaciones del Este de Alemania, donde fue necesario evacuar a cientos de personas, mientras se temen las consecuencias del deshielo tras un invierno especialmente duro en toda Centroeuropa.
Tres barrios de la denominada “Florencia del Elbe”, Dohlins, Laubegast y Zschieren están parcialmente anegados por las aguas, lo que obligó al desalojo de unas 400 personas, informó ayer el concejal de ordenamiento y seguridad de la capital sajona, Detlef Sittel.
En situación parecida se encuentran las poblaciones de Pirna y Bad Schandau, al sur de Dresde, en dirección a la frontera checa, y también Meissen, hacia el norte, donde se produjeron los primeros desbordamientos y las aguas inundaron parte del casco urbano.
Algunas casas han quedado cercadas y sólo son accesibles con botes de goma, los sótanos de las viviendas junto al río están inundados, sea porque cedieron las montañas de sacos de arena, sea porque se desbordaron las canalizaciones subterráneas, y los equipos de protección civil trabajan sin descanso para reforzar los diques.
La situación de catástrofe de 2002 no se ha reproducido, según el primer ministro de Sajonia, Georg Mildbrandt, y tanto Dresde como el resto de la cuenca alemana del Elbe está mucho mejor preparada que entonces para hacer frente a las aguas.
El casco histórico, el conjunto barroco del Zwinger y la Semperoper están a salvo, afirmó Mildbrant desde el puente de August, de Dresde, recordando los daños sufridos por el patrimonio en 2002, en que fue necesario evacuar algunos museos de la ciudad.
Tampoco se estima que las aguas puedan alcanzar el récord histórico de entonces -9.4 metros, cuando lo habitual son dos metros-, ya que ayer sábado el nivel a mediodía estaba en los 7.35 metros y se calcula que no superará los ocho metros.
Tras la catástrofe de entonces se invirtieron 25 millones de euros en sistemas de alerta rápida para toda la cuenca del Elbe, se reforzaron diques y ampliaron sus márgenes permeables, en otros zonas, para posibilitar una mayor absorción en caso de crecida.