EFE
LONDRES, INGLATERRA.- El príncipe Harry, tercero en la línea de sucesión a la Corona británica, se graduó ayer de alférez en la academia militar de Sandhurst, a las afueras de Londres, en una ceremonia a la que asistió su abuela, la reina Isabel II.
En un día gris, el príncipe de 21 años tomó parte del tradicional desfile de promoción, junto con 447 cadetes, entre ellos los 219 que también se graduaron ayer.
La reina, con un abrigo color salmón y un sombrero a juego, vio desfilar a los jóvenes desde una plataforma cubierta, acompañada por su esposo, el duque de Edimburgo.
Al evento también asistieron el príncipe Carlos de Inglaterra y su esposa Camilla, duquesa de Cornualles.
La tradición manda que la estrella que lleva en su uniforme, correspondiente al rango de alférez, deberá permanecer cubierta hasta la próxima medianoche, cuando termine el baile de promoción, al que asisten los familiares de los graduados.
Según la prensa británica, la novia del príncipe Chelsea Davy, que llegó el martes a Londres procedente de Sudáfrica, asistió ayer por la noche al baile de Sandhurst, aunque no estuvo en la parada militar de la mañana.
En el desfile la reina se dirigió a los jóvenes y entregó la llamada Espada de Honor al mejor oficial, en la primera ceremonia de este tipo a la que asiste la soberana en 15 años.
La reina les deseó una carrera de éxito en el Ejército británico, o en las fuerzas de países aliados.
Según dijo, la carrera militar es un arte y no una ciencia y necesita constante atención para alcanzar el mejor nivel.
Cientos de padres de los oficiales, entre ellos el príncipe de Gales, que vestía su uniforme militar, siguieron de cerca el desfile desde la butacas instaladas en el patio principal de la academia.
El príncipe Harry, que inició su entrenamiento en Sandhurst en mayo pasado, se incorporará ahora a las filas del batallón Blues and Royals de la Guardia Real, el regimiento más importante y antiguo del Ejército de tierra británico.
Harry se preparará para ser comandante, a cargo de 11 hombres y cuatro tanques livianos, por lo que puede ir al frente de batalla en Irak y Afganistán, donde hay fuerzas británicas.
Otros miembros de la familia real han seguido la carrera militar, como el príncipe Andrés, duque de York, que fue piloto de helicópteros Sea King durante la guerra de las Malvinas (1982) y llegó hasta el Atlántico Sur en el portaaviones Invencible.
