El Siglo de Durango
Un auto envuelto en llamas detuvo por un momento la rutina diaria de los duranguenses que ayer transitaban por la avenida 20 de Noviembre alrededor de las dos y media de la tarde.
Era la hora de comida, hora ?pico? en el Centro Histórico de la ciudad de Durango cuando, de repente, un estallido captó la atención de los locales que se encontraban cerca de San Agustín; un Jetta negro modelo 96, con placas FZN 8356 que avanzaba en dirección oriente, se detuvo intempestivamente y sin motivo alguno.
Súbitamente, el fuego comenzó a surgir de la parrilla del automóvil y avanzó por debajo del mismo hasta simular que el carro estaba sobre una calle de fuego. Los dos tripulantes Carlos Herrera (conductor) y Juan Manuel Pérez (copiloto) bajaron inmediatamente y, por instinto, se alejaron de la unidad.
Fueron minutos eternos, la gente se movía por las aceras rápidamente y, algunos otros, se introducían a Plaza San Agustín en busca de resguardo en caso de que el auto estallara.
Afortunadamente, personal del antes mencionado centro comercial salió con barricas de agua que no lograron apagar el fuego hasta que otro de los presentes roció con un extinguidor al auto, evitando con esto una catástrofe mayor.
Diez minutos después, el camión número 21 de la Unidad de Ataques Rápidos llegó para verificar que el área estuviera segura.
Las autoridades revisaron el automóvil e indicaron que la falla se originó debido a una fuga de gasolina menor que se acumuló, ésta aunada a un cortocircuito del sistema eléctrico, que fue el detonante de todo el suceso.
Afortunadamente sin ningún herido, salvo el gran susto que los testigos y dueños del carro se llevaron, la tarde volvió a su curso normal y las autoridades comenzaron a agilizar el tráfico, mismo que nunca se detuvo, pero que sí se vio afectado ante el hecho.
