El Siglo de Torreón
SALTILLO, Coah.- El gerente de la mina de carbón Pasta de Conchos, Rubén Escudero Chávez; el capitán de la Brigada de Rescate, Olaguer Martínez Flores y un rescatista cuya filiación se desconoce, resultaron intoxicados con gas grisú tras ingresar al filón al mediodía del lunes pasado.
De acuerdo a los datos que se tienen de los hechos, los tres intoxicados se encuentran fuera de peligro, aunque para ello fueron sometidos a una serie de cuidados médicos.
Los hechos ocurrieron al filo de las 13:30 horas cuando el directivo y los rescatistas de la planta ingresaron al yacimiento a fin de supervisar las operaciones de restauración de la mina y las acciones que tienen el propósito de encontrar y rescatar los 64 cuerpos de igual número de trabajadores que permanecen atrapados a más de 150 metros bajo tierra.
Como se ha informado, la carbonera Pasta de Conchos explotó y se derrumbó durante la madrugada del 19 de febrero pasado, sepultando en su interior a 65 mineros. Tras seis meses de la tragedia, los brigadistas solamente han rescatado los restos de uno de los obreros.
Algunos rescatistas informaron que los tres intoxicados se encuentran fuera de peligro, pero que Escudero Chávez era atendido en la enfermería que se localiza en el interior de la planta. Mientras que Martínez Flores fue trasladado a un hospital privado de San Juan de Sabinas, municipio donde se localiza la cantera y el otro trabajador al parecer estaba hospitalizado en una clínica del IMSS.
Se informó también que los tres intoxicados se encontraban a la altura de la diagonal 14, es decir, a unos 700 metros de la plancha de la mina, cuando sufrieron un desmayo. Los brigadistas que se encontraban en el lugar y que contaban con equipo de respiración artificial, los subieron a sendas camillas y los trasladaron a la superficie.
Representantes de la mina propiedad de Industrial Minera México informaron, bajo reserva del anonimato, que las concentraciones de gas grisú en el lugar donde se encontraban los tres intoxicados era del tres por ciento. Dentro de la veta, cualquier operación se debe suspender cuando la concentración del combustible llega al 1.5 por ciento, pues en adelante el aire resulta irrespirable e incluso hasta explosivo.