Afirma el anticastrista que no declarará en un juicio que se le sigue a un correligionario suyo por tenencia de armas.
FORT LAUDERDALE, Florida, EU (AP).- El anticastrista Luis Posada Carriles, que permanece detenido por las autoridades de inmigración en Texas, dice que no piensa declarar en el juicio que se le sigue a un correligionario suyo por tenencia de armas.
Si lo obligan a comparecer, Posada Carriles haría uso de un derecho constitucional que lo exime de responder a preguntas, según el abogado del militante cubano.
Un juez federal ordenó a Posada Carriles que declare en el juicio que se le sigue a Santiago Álvarez, un prominente exiliado cubano que apoya a Posada desde hace mucho tiempo. Pero el abogado de Posada dijo en un escrito que quiere concentrarse en los esfuerzos para lograr la libertad de éste.
"No le conviene al señor Posada Carriles quedar implicado en el caso penal del acusado", dice el escrito presentado por el abogado Eduardo Soto.
Si Posada es obligado a comparecer, "se negará respetuosamente a declarar, y de ser necesario, invocará la Quinta Enmienda", la disposición constitucional que le permite callar para no autoincriminarse.
La posición de Posada sorprendió a los abogados de Álvarez, acusado junto con su ex empleado Osvaldo Mitat de posesión ilegal de armas de guerra en un edificio de apartamentos de Broward, propiedad de Álvarez. La defensa presentó un escrito para obligar a Posada a comparecer.
"Estamos evaluando nuestras opciones y esperamos que esto se resuelva", dijo el abogado de Alvarez, Ben Kuehne. "Responderemos".
Posada, de 78 años, ex agente de la CIA y anticastrista acérrimo, está acusado por Cuba y Venezuela de ser el autor intelectual del ataque con bomba que derribó un avión de pasajeros cubano en 1976, hecho en el cual murieron 73 personas. En 2000 fue detenido en Panamá e indultado por su papel en un intento de asesinar a Fidel Castro y está implicado en ataques con bomba en 1997 en Cuba.
Ingresó ilegalmente en Estados Unidos el año pasado, presuntamente con ayuda de Álvarez, y fue detenido tras presentarse en público en Miami.
Un juez de inmigración ha determinado que Posada puede ser deportado, pero no a Cuba o Venezuela porque en esos países podría ser torturado. El gobierno del presidente George W. Bush se niega a liberarlo, pero no ha identificado un tercer país dispuesto a aceptarlo. Sus abogados han pedido a un juez en Texas que ordene su libertad.
