Le ofrezco trabajo. No me importa si usted es doctor, licenciado, ama de casa, periodista, ingeniero, campesino, taxista, enfermera, policía o cartero. Su profesión u ocupación no es importante, pues para el trabajo que le estoy ofreciendo no hace falta experiencia ni conocimientos mínimos.
Si usted tiene otra ocupación, no importa. Por fortuna este trabajo le permite tener un horario muy flexible, hasta el grado que usted decide si quiere o no asistir a las oficinas. Si de repente no acude a trabajar, no importa. Nadie le va a rebajar nada de su sueldo, ni se le va a exigir mayor cumplimiento.
Las cosas que tiene que hacer son más sencillas de lo que usted cree. No piense que tiene que esforzarse demasiado, ni tampoco crea que su labor le exigirá un gran desgaste físico. Lo único que tiene que hacer es permanecer durante un buen rato sentado, levantar el dedo cuando los demás lo levanten, pronunciar unas palabras de vez en cuando, ofrecer declaraciones a los periodistas, y de vez en cuando escribir algunas palabras ofensivas en una cartulina.
Muchas personas opinan que el trabajo que le ofrezco es muy aburrido, y en parte tienen razón. En ocasiones tendrá que soportar horas y horas de discursos que en realidad no tienen mucho sentido, o tendrá que presenciar discusiones con las que no se llega a nada, pero usted es libre de hacer lo que quiera mientras esto ocurre. Puede, por ejemplo, platicar con algún compañero de trabajo, echarse una ?pestañita?, o incluso leer los artículos de Javier Fuentes.
En cuanto a su sueldo, no estoy muy seguro si le gustará lo que le ofrezco. Probablemente espere una buena remuneración después de haber leído todo lo que tiene que hacer, sin embargo, lo único que puedo ofrecer son dos mil 500 pesos diarios.
Por favor no se desilusione, en verdad necesitamos personas que cumplan con la ardua labor de no hacer absolutamente nada; necesitamos personas convencidas que el status quo es lo mejor para un pueblo; necesitamos a alguien que odie la palabra progreso, y, sobre todo, que aborrezca la simple idea de trabajar en bien de los demás.
No deje escapar la oportunidad que le ofrezco. Si no le parece el sueldo, quizá le llamen la atención las prestaciones que hay para el puesto. En primer lugar, recibiría un aguinaldo mucho mayor al estipulado por la Ley del Trabajo. También hay una bonificación especial si usted siempre llega temprano, le pagamos las llantas de sus coches, le pagamos viáticos aunque usted no viaje a ningún lado, le pagamos un teléfono celular, comidas, viajes al extranjero, vivienda, etcétera. Por si fuera poco, le damos dinero para el trabajo de las comisiones que usted integra, sin que usted tenga que dar comprobantes de cómo gastó dicha suma.
Le ruego que considere mi oferta. Piense que el fantasma del desempleo está siempre rondando por nuestro país, lo cual no deja de ser preocupante. Tener trabajo hoy en día es una bendición, y yo le estoy ofreciendo uno que en realidad no se le puede llamar trabajo. ¡Se me olvidaba decirlo! El empleo que ofrezco es como Diputado federal.
javier_fuentes@hotmail.com