El camión trasladaba a reos de una prisión a otra; los muertos son nueve presos, dos guardias y el conductor del vehículo.
BOGOTA (AP).-Un autobús que trasladaba a reos de una prisión a otra se precipitó el viernes a un abismo causando la muerte de 12 personas y heridas a otras 20, según informó la policía.
Los muertos son nueve presos, dos guardias y el conductor del vehículo, mientras cuatro de los reos están desaparecidos que "no se sabe si escaparon o están debajo de los escombros del autobús", dijo a la AP el coronel Wilson Laverde, comandante de la policía del departamento de Cundinamarca.
El accidente se produjo cerca de Cáqueza, municipio situado a 40 kilómetros al sur de Bogotá, cuando el vehículo se salió de la carretera.
"No hemos determinado todavía la causa del accidente, pero solo hay dos hipótesis: una falla mecánica o la imprudencia del conductor", dijo Laverde, mientras dirigía la tareas de rescate.
El autobús rodó al fondo de un abismo de unos 150 metros en donde quedó completamente destruido, los cuerpos de las víctimas quedaron esparcidos en el lugar y los heridos fueron trasladados en ambulancias hasta el hospital de Cáqueza, constató un fotógrafo de AP que llegó a la escena minutos después de la tragedia.
El vehículo transportaba 30 presos que habían sido trasladados de la cárcel Modelo de Bogotá, a la colonia penal agrícola de Acacias, en los llanos orientales y los vigilaban seis custodios, informó a la AP la vocera del Instituto Nacional Penitenciario (Inpec), Ana María Escobar.
Los presos son de menor peligrosidad que debían cumplir sus penas realizando trabajos agrícolas en la colonia de Acacias, según el informe del Inpec.
REELECCIÓN
Hace cuatro años Álvaro Uribe llegó al poder con la promesa de poner freno a un cruento conflicto donde los guerrilleros secuestraban en autopistas y destruían infraestructura energética, mientras los paramilitares usaban motosierras para imponer su reino del terror.
Hoy, las fuerzas armadas son más grandes, agresivas y desplegadas en lugares antes vedados.
Replegaron a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a zonas apartadas, tienen al Ejército de Liberación Nacional (ELN) -una guerrilla más pequeña-, coqueteando con la idea de la paz y unos 30 mil paramilitares en un cuestionado proceso, supuestamente se desmovilizaron y abandonaron sus atroces prácticas, aunque no es posible determinar si realmente llegaron a su fin.
También es cierto que hay menos homicidios, masacres, secuestros y atentados.
Esto motivó a los colombianos a visitar nuevamente sus fincas y a los extranjeros a traer capitales.
Todo indica que el presidente Uribe será reelecto en las elecciones del domingo, pero los analistas estiman que el conflicto entró en aguas pantanosas y se estanca.
"Las cosas volverán a como eran a principios de los 90, una guerra de mediana intensidad que no se resuelve porque la guerrilla tiene financiamiento del narcotráfico y Uribe de Washington", estimó Adam Isacson, del Centro Internacional de Política con sede en Washington.
"El reto es avanzar en la seguridad, pero tiene que haber ajustes porque el ejército llegó al tope de su capacidad operacional", opinó Alfredo Rangel, director de la fundación Seguridad y Democracia.
Los expertos no ven en el horizonte el inicio de diálogos.
"Las FARC hicieron una apuesta muy dura de no aceptar una negociación con Uribe... son inflexibles y miran al largo plazo, no se van a mover", señaló Otty Patiño, director del Observatorio para la Paz.
"No creo que Uribe ceda tanto, por su temperamento, para que les haga una oferta que no puedan rechazar", agregó.
Ante ese escenario, la suerte de más de medio centenar de secuestrados "políticos", como la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, resulta incierta. Quizá liberen a algunos, pero un acuerdo humanitario es improbable.
Para Isacson, los paramilitares serán el talón de Aquiles del gobierno en los siguientes cuatro años por los indicios de que no abandonaron el narcotráfico.