Sé que cuando leas este escrito no te afectará en nada, ya que seguirás siendo tan simple como eres. Y por desgracia teniendo las amistades que mal te han aconsejado. Cuando te conocí fue tanto el gusto e ilusión que creí haber encontrado al ser de mis sueños. Pero al paso de los años al estar saliendo y conviviendo contigo demostraste lo contrario. Empezando en que ya no te conformabas que nos viéramos dos o tres veces por semana sino que querías acapararme la mayor parte del tiempo. También recuerdo que tenía que inventar miles de pretextos para poder complacerte y brindarte el tiempo que me pedías, por lo que sin querer me fui apartando de mi familia y amigos. Inclusive uno de ellos me aconsejaba que te dejara por tu situación de divorciada, debido al contacto frecuente que tenías con tu ex poso, por lo que tu relación nunca terminaría. Y así fue, inclusive durante los años que anduve contigo mi relación con mi familia se fue deteriorando, pues llegué a pensar que algún día tú y yo nos casaríamos. Sin contar aparte que estaba celoso debido a tu atractivo, ya que sabía que a dos tres les gustabas y te pretendían debido a tus coqueterías; era tal la dependencia que tenía por ti, que ya no podía hacer nada si no estabas a mi lado. A todo esto hay que agregar el tren de vida al que me tenías sometido, que en cierta manera tuve que descuidar algunos gastos del hogar para poder darte gusto, aunque tú nada contenta con lo que estaba haciendo de mi vida, puesto que cada día me exigías más. Durante ese tiempo deterioraste mis proyectos y mi libertad ya que mis pensamientos siempre estaban clavados en ti. Pero gracias a Dios me di cuenta a tiempo, por lo que la relación contigo sólo me trajo desgracias, por eso que opté por olvidarme de ti. Hasta nunca.
¡LOS CELOS COMO PRINCIPAL ANGUSTIA...!
Si durante tu vida has tenido la oportunidad de tratar y convivir con diferentes personas, verás que cada una de ellas tiene diferentes temas. Y verás que los más comunes están relacionados con los celos o al descuido mutuo de la pareja. ?Veamos por qué?. Algunas mujeres se quejan o se sienten ofendidas porque el marido pasa la mayor parte del tiempo con sus colegas, sus amigos, o parientes. Incluso dicen que cuando el marido regresa a casa éste se pone a leer el periódico o ver la televisión tranquilamente, sin preguntarles cómo te fue, qué hiciste hoy, qué pendientes hay, etc. Pero también hay hombres que se quejan y se sienten ofendidos porque su mujer nunca tiene preparada la comida, desatiende los quehaceres, o nunca la encuentran cuando regresan a casa, porque anda de casa en casa con las amigas o simplemente su vida la dedican a otros asuntos, olvidándose por completo de ellos. Éstos son algunos ejemplos clásicos para considerar que uno de los dos se sienta ofendido o engañado, por lo que se da entender que ya no existe el amor o el interés que se tenían al principio. Y es precisamente ahí cuando en uno de los dos sabe que se siente engañado, porque solamente existe el ?yo?. Por lo que a la otra parte no le queda más remedio que aceptar la sumisión completa, que su cónyuge pretende darle. En el matrimonio cada pareja adopta un papel diferente, puesto que los problemas surgen cuando uno de los dos dice: ?Mi pareja no me comprende?. Esta expresión suena como consecuencia de la falta de comunicación, porque cada uno vive su mundo y esto muchas veces, ocasiona que los matrimonios estén condenados al fracaso. Es increíble ver cómo algunas parejas terminan en la nada, sólo porque alguno de los dos cónyuges se sigue sintiendo de gran apariencia y está enamorado de su misma persona, por lo que siempre verá reflejada su bella figura en el espejo. Desgraciadamente, muchas de esas personas se han quedado estancadas en esta fase evolutiva infantil que debería haber sido transitoria en el desarrollo de su vida. Porque aún cuando les llega el momento de casarse no saben qué hacer o cómo actuar, por lo que buscan una persona que les sirva para compensar las cosas graves que traen desde su niñez. Quienes han convivido, con este tipo de personas, podrán darse cuenta quizás un poco tarde. Porque desde que los conocieron pudieron darse cuenta y empezaron apreciar el tipo de arrebatos que tenía esa persona con la que convivían, viendo su comportamiento infantil que demostraba, y que aún así pasaron por alto pensando que con el tiempo esa persona cambiaría. Existen dos clases de personas buenas y malas, ¡fíjate bien por qué! Durante nuestra infancia, esta fase cesa cuando el niño se da cuenta de que tanto las experiencias agradables como las desagradables son producidas por la misma persona, o sea, cuando el niño recibe una bofetada de su madre por su mal comportamiento y éste va a llorar a su regazo de su misma madre, en ese momento pasa algo increíble; hemos madurado. Existen también otros motivos que pueden provocar crisis en un matrimonio, porque éstas se encuentran en las expectativas exageradas, ya que a veces esperamos o pretendemos demasiado de nuestro cónyuge, pidiendo cosas que bastarían para hacer huir hasta nuestros mejores amigos si nos mostráramos con ellos tan exigentes. Otra es la falta de comunicación: la que por miedo a herir o ser heridos, los cónyuges se preguntan: ?No sé si mi pareja me quiere igual, cómo le haré para darme valor y decirle abiertamente lo que pienso o siento dentro?. Para concluir, los signos del verdadero amor matrimonial son: aceptarse ambos como somos; el deseo de hacer lo que al otro le agrada; el estar dispuestos a allanar las diferencias conforme afloran, la conciencia de que se ha de construir la unidad matrimonial y no el orgullo personal y las propias razones; y no el orgullo personal y las propias razones; el esfuerzo de pensar en términos de ?nosotros? y no de ? yo?; las sensaciones de ser dos compañeros que trabajan juntos por la misma causa; la constante tensión hacia un estilo de vida que ya no es mi estilo o el tuyo, sino el de ambos, y que tiene sus raíces en un amor sobrenatural. Donde sólo existen tres que son: él, ella y el amor. ?Reflexión?. Poderoso caballero don dinero. ?Seguimos presentes?.