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Seguimos Presentes / FELIZ DÍA DEL NIÑO

Jorge Romero Montañés

Felicidades a todos los niños y niñas en éste su día. Que el Ser Supremo permita que tengan una vida saludable y llena de prosperidad, ya que tienen un futuro por delante. Sólo les pido que recuerden estas palabras que este servidor les expresa. ?Todo lo bueno que hagan en su vida, se reflejará en su futuro y todo lo malo que hagan también se reflejará en su futuro?. Felicidades.

¡COSAS DE NIÑOS...!

Los adultos tendemos a olvidarnos de nuestra infancia: qué sentíamos, qué nos hería, qué nos daba miedo. Puede ser que escuchen este llamado expresado verbalmente y otros no, porque los niños piensan en silencio. Recuerde esta época de su vida y a través de estas frases, dichas con el corazón, regrese a su niñez y... ¡Comprenda todavía mejor a sus hijos! Mis manos son pequeñas y por eso se me bota la leche aunque no quiera. Mis piernas son cortas, por favor espérame y camina más despacio, así puedo andar contigo. No me pegues en las manos cuando toco algo lindo y de color brillante. Es que quiero aprender. Por favor, mírame cuando yo te hablo. Así sé que estás escuchando. Mis sentimientos todavía son tiernos, no me regañes todo el día. Deja que me equivoque sin hacerme sentir un tonto, no esperes que lo que haga o el dibujo que pinto sean perfectos. Ámame por el hecho de haber tratado de hacerlo lo mejor posible. Recuerda que soy niño, no un adulto pequeño. A veces no entiendo lo que me dices. Te quiero tanto. Por favor, ámame por lo que soy, y no por lo que hago. No me rechaces cuando estás molesto conmigo y vengo a darte un beso. Me siento solo y abandonado y con miedo. Cuando me gritas, me asusto. Por favor, explícame lo que he hecho. No te enfades cuando en la noche las sombras y la oscuridad me dan miedo, cuando despierto y te llamo. Tu abrazo es lo único que me devuelve la paz. Cuando vamos a las tiendas no sueltes mi mano, creo que voy a perderme y no me encontrarás jamás. Me siento muy triste cuando mamá y tú discuten. A veces pienso que es por mi culpa y se me encoge el estómago y no sé qué hacer. Muchas veces veo que abrazas y acaricias más a mi hermano. ¿Es que lo quieres más que a mí? ¡Quizás porque es más guapo e inteligente? Pero yo...¿no soy tu hijo también?

Me regañaste duro cuando rompí mi juguete favorito y mucho más cuando me eché a llorar. Yo estaba acongojado y peor que tú. No lo hice a propósito y me quedé sin él. Te molestaste porque me ensucié jugando, pero es que la sensación del lodo en mis pies era tan rico y la tarde tan linda; ojalá supiera lavar para limpiar mi ropa. Hoy te sentiste mal y yo me preocupé mucho. Traté de entretenerte con mis juegos y mis cantos y me dieron un par de nalgadas y me sacaron de tu lado. Me fui a un rincón a llorar. ?¿Qué haría yo si tú te me murieras??. Me meten miedo con el infierno y no sé lo que es. Pero pienso que debe ser algo terrible como estar sin ti. Aunque me dejaron con mis tíos y la pasé bien, los eché mucho de menos toda la semana. ¿Ojalá no hubiera vacaciones para los papás! ¡Tengo mucha suerte! ¡Entre todos los niños que hay en el mundo ustedes me escogieron a mí...! Una tarde, un niño se acercó a su madre, que preparaba la cena en la cocina y le entregó una hoja de papel en el que había escrito algo. Después de secarse las manos y quitarse el delantal, ella leyó lo que decía: por limpiar mi cuarto esta semana $3.50; por ir a la tienda en tu lugar $2.00; por cuidar a mi hermanita $1.50; mientras iba de compras $3.50; por sacar la basura $3.00; por traer buenas calificaciones de la escuela $2.50; por barrer y limpiar el patio $2.50. Total que me adeudas $ 18.50. La madre lo miró con fijeza, mientras el niño aguardaba lleno de expectativa. Por último, ella tomó el lapicero y al reverso de la misma hoja escribió: por cargarte nueve meses en mi barriga, nada. Por tantas noches de desvelos, curarte, y orar por ti, nada. Por los problemas y el llanto que me hayas causado nada. Por el miedo y las preocupaciones que me hayas causado nada. Por el miedo y las preocupaciones que me esperan, por comidas, ropa y juguetes, nada. Por limpiarte la nariz, nada. Costo total de mi amor, nada. Cuando el niño terminó de leer lo que había escrito su madre, él tenía los ojos llenos de lágrimas. Mirando a los ojos de su madre le dijo: ¡te quiero mucho mamá! Luego tomó un lápiz y escribió con letra muy grande: Totalmente pagado. Una vez que un padre de una familia muy rica llevó a su hijo a un viaje por el campo, con el firme propósito de que éste viera cuán pobres eran las gentes de esos lugares: y que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos. Estuvieron por espacio de un día y una noche completos en una casa de una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje, y de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo: ¿Qué te pareció el viaje? ¡Muy bonito papá! ¿Viste qué tan pobre y necesitada puede ser la gente? ¡Sí! ¿Y qué aprendiste? Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un riachuelo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia.

Tú y mamá tienen qué trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo. Al terminar el relato, el padre se quedó mudo y su hijo agregó: ¡gracias, papá, por enseñarme lo ricos y felices que podríamos llegar a ser!

PENSAMIENTO

¡Sé fuerte ten valor! No te dejes vencer por la adversidad, la enfermedad o el dolor. Convéncete de que la energía divina jamás te abandona porque está en ti. Reacciona decididamente porque el auxilio te llegará oportunamente. La energía que está en tu interior es la misma que dirige los universos infinitos... ¡Ten confianza y sé valiente! ¡Sé fuerte! ¡Ánimo! ?Seguimos presentes?.

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