Es increíble ver cómo personas, egresadas de las diferentes universidades no están ejerciendo la profesión que estudiaron: llámese médicos, licenciados, ingenieros, etc. Esto lo comentábamos hace unos días un grupo de amigos que cuentan con una profesión; inclusive dos de ellos catedráticos de reconocido plantel educativo que tienen varias maestrías, que decían estar preocupados porque piensan que puedan ser los próximos que pierdan su trabajo. Debido a que a la fecha han dado de baja a cerca de treinta catedráticos por la situación critica que está pasando por falta de alumnos el plantel educativo donde laboran. Otro de ellos también hablaba sobre la situación de la empresa donde le presta sus servicios como ingeniero y tal vez esté a punto de cerrar. En sí una situación caótica que va en detrimento de cientos de familias y más de las mismas personas que se han preparado profesionalmente para hacerle frente a la vida. Es fácil ver cómo un profesionista en la actualidad anda trabajando de taxista, vendiendo gordas u otra actividad diferente a la que se preparó y máximo si ya pasa de los treinta y cinco años de edad, como así lo exigen las empresas o industrias que requieren de estas personas. Y así pasan los días esperando una oportunidad y con ellos se van los años, por eso es que se les ve laborando en otra actividad. ?¿La moral baja o no es así??. En cambio conocemos a personas que son albañiles, pintores, taxistas, meseros o plomeros, y por lo regular no les falta trabajo, ya que son servicios que pueden ser prestados por estas personas, no importando la edad y menos el haber estudiado una carrera, ¿qué cosas verdad?
¡CON EL PASO DE LOS AÑOS...!
Cada uno vamos experimentando cómo la madurez va llegando automáticamente a nuestras vidas. Pero no me refiero exclusivamente a la madurez física, que aparece como consecuencia lógica del paso de los años, sino me refiero a la madurez psíquica, emocional y afectiva. Sabemos que para aspirar convertirnos en persona madura, tenemos que empezar por aceptarnos tal y como somos, ser capaces de analizarnos objetivamente y tomar conciencia de nuestros defectos así como de nuestras virtudes. Una persona sin autoestima no es capaz de enfrentar sus defectos, y tiene la probabilidad de caer en las neurosis o irse al desagradable extremo de la prepotencia, para evitar enfrentarse a la realidad. De ahí que tenemos que pasar por un autocontrol que nos implique cultivar una voluntad recia que nos permita controlar y orientar positivamente nuestros impulsos y sentimientos. Difícilmente veremos que a una persona madura le falte la humildad y que la soberbia lo lleve a buscar ser protagonista de todos los eventos en que participa. Al maduro, ser humildad lo lleva a reconocer que siempre tiene algo que aprender de los demás, por lo general, aprende a escuchar más de lo que habla. El maduro mantiene en orden su efectividad y relación con los demás, ya que sabe amar y saberse amado. Además, a pesar de ser responsable no se toma demasiado en serio porque sabe que es capaz de cometer errores como todos y cuando se equivoca, además de reconocerlo, su sentido del humor lo saca a flote con elegancia, sin dramatizar y dándole a las cosas la importancia real que tienen. Un inmaduro hace dramas de cosas triviales y pierde la paz por tonterías, en cambio, el maduro se distingue por aceptar la realidad como es y por mantener su serenidad a pesar de la adversidad de las circunstancias. En fin si alguno nos creíamos maduros, tal vez estos conceptos nos ayuden a reconocer que desgraciadamente lo único que llega de manera automática con el paso de los años, es la vejez.
EL ÉXITO DE LA VIDA
Una persona emocionalmente adulta y sana no demanda cosas extraordinarias e imposibles a la vida. Ha aprendido a apreciar y a gozar del placer de la existencia diaria. Sabemos que el éxito consiste en reír frecuentemente y querer mucho; conquistar el respeto de las personas inteligentes, ganar la aprobación de las personas críticas y soportar el engaño de los amigos falsos, en saber apreciar la belleza, en encontrar los puntos buenos de la gente en dar algo de sí mismo al mundo para hacerlo un lugar mejor, ya sea plantar un árbol, hacer un jardín hermoso o una mejora para nuestros semejantes, en haber jugado y reído con entusiasmo, y cantando con exaltación, y en saber que alguna vida, ha sido más fácil y feliz porque uno ha existido.
?Reflexión?: el amor es la fuerza que mueve al mundo. ?Seguimos presentes?.