¡Lo maravilloso y bello que es la vida..! A medida que pasan los años, poco a poco nos vamos trasformando. Para un día darnos cuenta que hemos perdido parte de nuestra juventud porque parte de nosotros ya somos adultos. También nos damos cuenta que gente con la que convivimos se nos ha adelantado al viaje sin retorno. Llamemos padres, hijos, hermanos, primos, amigos. En sí todos vamos regresando al lugar de dónde venimos. (Tierra somos y en tierra nos convertiremos). Por eso hay que darnos la oportunidad de perdonar, y de saber estar en paz con las personas que nos rodean. No te dejes llevar por el rencor, el odio, el desprecio. Nos encontramos en un mundo en el que para poder estar en paz necesitamos de amor. Dale la mano a tu amigo y ayuda a tu enemigo, nunca desees el mal a nadie, al contrario llénalo de bendiciones y verás que todas las cosas cambiarán para estar bien con tu persona. Si tuviste algún problema con algún amigo llámale, hazlo ahora, no esperes más, estoy seguro que le causará mucha alegría saber que cuenta todavía contigo, con quien ha disfrutado tantas cosas bellas, a quien ha confiado el más íntimo de sus secretos. Y que por causa de una tontería motivaron la separación. ?Háblale? si tu fuiste el que ofendiste, dale una explicación, recuerda que hablando se entiende la gente, de lo contrario, si tú fuiste el ofendido olvida ese asunto, recuerda que es mil veces mejor disfrutar la vida en paz, la cual por cierto no nos queda mucho tiempo, por que la vida suele irse como las golondrinas, cuando menos lo espera han partido.
?ALGO PARA MEDITAR?: Recostado aquí sobre mi cama, con el pensamiento fijo en ti. Con un enorme deseo de agarrarte y de apretarte entre mis manos. En la noche cálida y sofocante, tengo incontenibles ganas de agarrarte y de decirte todo lo que siento, tu recuerdo me tiene angustiado. Apareciste y desapareciste. Todo sucedió esa noche y en esta cama. Con fricción te acercaste a mí. Sin mostrar pudor alguno, te pegaste a mi desnudo cuerpo. Percibiendo mi indiferencia te acercaste más y más... Mordías todo mi cuerpo... Sin recatos... Sin escrúpulos... Me volviste loco. No sabía qué hacer. Por fin me dormí. Hoy cuando desperté te busqué desesperadamente, pero fue en vano porque no te encontré, ya no estabas, te habías ido. En mi cuerpo dejaste huellas inolvidables, marcas profundas que tardarán mucho tiempo en sanar y que estarán mucho tiempo presentes en mi. Esta noche me acostaré temprano y te esperaré. Cuando llegues... No quiero imaginar lo que va a suceder... Me abalanzare sobre ti con la fiereza de un león y rapidez de una cobra. Y ya no te irás, no podrás escapar de mi... Te apretaré hasta sentir la sangre de tu cuerpo, solo así descansaré ¡Maldito moyote, en el momento menos esperado me desharé de ti¡ Ahora, ¿podrías decirme qué fue lo que pensaste?
¡AGRADECIMIENTO... ¡Quiero dar muchísimas gracias a todas las llamadas recibidas esta semana de todos los lectores impulsándonos a seguir domingo tras domingo escribiendo esta columna, de antemano sus familias y ustedes reciban mil bendiciones.
?REFLEXION?: La lealtad de un verdadero amigo es el resultado de haberle brindado lo mejor de ti.
?SEGUIMOS PRESENTES?
